Unas 400.000 personas sufren trastornos de conducta alimentaria en España, un grupo de patologías con gran incidencia entre los adolescentes en las que intervienen factores biológicos, psicológicos y socioculturales. Es una prevalencia de alrededor del 5% en las mujeres entre los 12 y los 21 años que aumenta en mujeres entre los 15 y los 19 años. En el caso de los varones adolescentes, los TCA afectan hasta un 0,9%. Uno de los datos más preocupantes sobre este grupo de enfermedades es la resistencia que un 25% de las personas afectadas por ellas muestran al tratamiento. Además, la experiencia clínica demuestra que un 60% de los enfermos tienen tendencia a la recaída. La anorexia nerviosa es la tercera condición crónica más común que afecta a las adolescentes. Causa complicaciones médicas graves y tiene la mortalidad más alta de los trastornos psiquiátricos. El 44% de los pacientes se recupera, mientras que el 23% evoluciona hacia la cronicidad y el 5% fallece.
Se da la circunstancia de que 3 de cada 4 afectados por TCA son adolescentes en edades situadas entre 12 y 24 años. En ocasiones, presentan patologías psiquiátricas asociadas, como ansiedad, depresión o abuso de drogas. Preocupa especialmente el hecho de que un 20% de las personas con anorexia o bulimia nerviosa hayan intentado suicidarse, según datos del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Mientras la anorexia y la bulimia son los TCA con mayor presencia en la adolescencia, los trastornos por atracón son más frecuentes en edades adultas. Este último cuadro se da cuando la persona come en exceso, de manera compulsiva y regular, aunque no tenga hambre.
Cada 30 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), una jornada que tiene la labor de visibilizar la importancia de la detección y la prevención de este tipo de alteraciones alimentarias y huir de los prejuicios sociales y la gran estigmatización que rodea a este tipo de enfermedades.
La Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria (UTCA) de la Unidad de Salud Mental del Hospital Regional Universitario de Málaga, basándose en diversos estudios, asegura que la incidencia de TCA aumentó en toda España tras el confinamiento. Durante el primer año de esta unidad, se atendieron 140 pacientes nuevas, cuyo seguimiento se hizo de forma telefónica durante la cuarentena. Un total de 41 pacientes recibieron tratamiento en el hospital y fueron precisos 20 ingresos.
Debido al origen multifactorial de estos trastornos, el tratamiento requiere un abordaje multidisciplinar que incluya intervenciones coordinadas por parte de diversas especialidades, como Endocrinología, Medicina Interna o Pediatría, Atención Primaria y Salud Mental. Según la UTCA, este abordaje es necesario porque los síntomas se presentan a nivel mental pero también a nivel físico, como consecuencia de las conductas. Además, hay otros factores importantes que también han de abordarse, como la situación académico-laboral o las consecuencias familiares y sociales. «Restringir el manejo clínico de estos pacientes a un único enfoque significaría realizar un abordaje incompleto, con el riesgo de que la sintomatología se complique y se produzca una pérdida en la calidad de vida», apunta la UTCA.