Según un informe difundido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), demuestran que las intervenciones de salud pública y los programas sociales permiten efectivamente promover la salud mental y prevenir los trastornos mentales y de la conducta.
Las enfermedades mentales y los trastornos de la conducta son un problema cada vez mayor, de hecho, se calcula que afectará a una de cada cuatro personas a lo largo de su vida.
Según dicho informe, determinadas estrategias pueden prevenir la aparición de trastornos mentales entre las personas que se encuentran en situaciones de alto riesgo. Los principales determinantes socioeconómicos y ambientales de la salud mental están relacionados con grandes problemas tales como la pobreza, la guerra y la desigualdad.
¿Cómo podemos prevenirlos?
Los trastornos mentales son multifactoriales: genéticos, biológicos, psicológicos o ambientales. A parte de las causas no modificables en las personas que tienen un trastorno, algunos estudios han identificado numerosos factores de riesgo asociados al estilo de vida o la sociedad que involucrados en su aparición.
Es el caso de un estudio, publicado en Molecular Psychiatry y realizado por investigadores del IDIBAPS y del CIBERSAM, que medía qué porcentaje de los casos de un trastorno mental pueden atribuirse a un factor de riesgo concreto. Y los resultados fueron claros:
Este estudio pretendía averiguar si hubiese menos casos de trastornos mentales si mejoráramos la sociedad y el estilo de vida. Por lo que, las intervenciones preventivas deberían enfocarse en la reducción de los factores de riesgo y aumentando los factores de protección.
El enfoque preventivo de la psiquiatría
La medicina actual busca prevenir la discapacidad y el sufrimiento al reducir los factores de riesgo de las enfermedades graves. Ya se ha logrado reducir la mortalidad y discapacidad asociada con las enfermedades cardiovasculares a partir del control de la presión arterial, reducción de la obesidad, práctica de actividad física o disminución del consumo de alcohol y tabaco. En el caso del cáncer, con la detección temprana, la autoexploración o la búsqueda de vacunas.
En psiquiatría, siguiendo este modelo preventivo, se busca identificar marcadores biológicos y datos clínicos que permitan establecer etapas de los principales trastornos con el fin de plantear el tratamiento más adecuado.
Un artículo en el que se indica que la psiquiatría preventiva estaría enfocada a tres tipos de prevención (la universal dirigida a toda la población, la dirigida a la población en riesgo y la indicada en la población enferma), afirma que no sólo es posible prevenir la enfermedad mental grave: es urgente e indispensable.
Enfocarnos en la prevención de los trastornos mentales puede ayudar a que en un futuro disminuyan los casos y sus consecuencias, mejorando así la calidad de vida de todos.