A black and white shot of a lonely female standing in front of the windows looking at the buildings
Una revisión de 14 metanálisis encontró pruebas sólidas de que el trauma psicológico aumenta casi tres veces el riesgo de sufrir un trastorno mental.
El trauma psicológico se produce cuando un evento dañino provoca consecuencias negativas a largo plazo en la salud mental, física, social, emocional de una persona. Si bien el trauma psicológico es un precursor bien estudiado del trastorno de estrés postraumático (TEPT), también se asocia con otros diagnósticos de salud mental como la depresión y la ansiedad.
La reciente investigación estudió si el trauma psicológico es un factor de riesgo para una variedad de trastornos mentales. Las revisiones incluyeron un total de 106 estudios, con 16.277 casos psiquiátricos y 77.586 sujetos de control.
Los resultados, publicados en los Archivos Europeos de Psiquiatría y Neurociencia Clínica, sugirieron que experimentar un trauma psicológico aumentó casi tres veces el riesgo de trastorno mental de una persona. Según los investigadores, el trauma psicológico a lo largo de la edad, especialmente en la niñez, triplica el riesgo de sufrir una variedad de trastornos mentales en la edad adulta.
Los autores del estudio subrayan la importancia de que el hecho de sufrir trastornos mentales es multifactorial con una predisposición genética y otras variables ambientales, pero el trauma psicológico es uno de los factores de riesgo más fuertes y prevenibles para sufrir un trastorno mental más adelante.
También se encontró que ciertos tipos de abuso aumentan el riesgo de trastornos específicos. El abuso físico aumentó el riesgo de trastornos de ansiedad, trastorno bipolar, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y psicosis.
Según los autores del estudio, varios mecanismos pueden desempeñar un papel en cómo el trauma contribuye a los trastornos de salud mental. Los estudios de neuroimagen muestran que el trauma psicológico puede afectar el desarrollo del cerebro y que los diferentes tipos de trauma pueden tener efectos únicos en el cerebro. Con estudios futuros, puede ser posible identificar los procesos específicos relacionados con cada tipo de trauma y usar estos hallazgos para informar el tratamiento.