Group of scientists wearing lab coat working in laboratory while examining biochemistry sample in test tube and scientific instruments. Science technology research and development study concept
Alrededor de 300 millones de personas en el mundo sufren depresión. Los datos demuestran que el diagnóstico podría ser erróneo hasta en el 40% de los casos, que potencialmente padecerían trastorno bipolar. Como consecuencia, el diagnóstico suele retrasarse una media de siete años y medio, lo que empeora las condiciones mentales y físicas de los pacientes, así como la calidad de vida de sus familiares.
Para resolver este problema, el consorcio EDIT-B, proyecto liderado por Eduard Vieta y su equipo del Clínic-IDIBAPS, continúa con la línea de investigación iniciada por un estudio publicado en la revista Translational Psychiatry. Este identifica seis biomarcadores en sangre, que coinciden con modificaciones de la secuencia de ARN de genes asociados con el trastorno bipolar. El uso combinado de los biomarcadores y un algoritmo de inteligencia artificial permitió a los investigadores diferenciar las fases depresivas del trastorno bipolar de las de depresión unipolar, con una especificidad y sensibilidad superiores al 80%.
Según Eduard Vieta, jefe del grupo IDIBAPS Trastornos bipolares y depresivos y del servicio de Psiquiatría y psicología del Hospital Clínic, el consorcio reúne la experiencia necesaria para cumplir los objetivos marcados y espera poder validar esta nueva prueba que mejorará la vida de muchas personas que conviven con el trastorno bipolar.
La prueba EDIT-B es el primer test molecular basado en biomarcadores relacionados con la edición del ARN capaz de realizar un diagnóstico diferencial entre el trastorno bipolar y la depresión, a partir de una muestra de sangre y una evaluación clínica.