Los jóvenes con trastorno bipolar y aquellos con alto riesgo genético de desarrollar esta enfermedad tienen conexiones débiles en las áreas emocionales de sus cerebros, según ha encontrado un estudio australiano. Se espera que los hallazgos conduzcan a nuevas herramientas para identificar y gestionar a los grupos de riesgo antes de la aparición de la enfermedad y ayudar así a reducir su impacto una vez que se desarrolla. El estudio, publicado en la revista Nature Molecular Psychiatry, fue una colaboración entre investigadores del Instituto QIMR Berghofer en Brisbane y la UNSW de Sydney.
Los investigadores realizaron escáneres cerebrales a tres grupos: los que habían sido diagnosticados con trastorno bipolar; personas que tenían un pariente de primer grado (padre, hermano o hijo) con trastorno bipolar y que estaban en alto riesgo genético de sufrir la enfermedad; y personas no afectadas de ninguna forma por la enfermedad. Encontraron redes de conexiones más débiles entre las diferentes regiones del cerebro, tanto en los pacientes con trastorno bipolar como en el grupo de sujetos con alto riesgo de sufrirla. También encontraron perturbaciones en las conexiones responsables de la regulación de procesos emocionales y cognitivos.
«Sabemos que los cambios en estos patrones tienen un impacto en la capacidad de una persona de realizar funciones emocionales y cognitivas clave», dijo el autor del estudio, el profesor Philip Mitchell. «Vamos a seguir estudiando a los participantes de este estudio que están en alto riesgo genético de desarrollar trastorno bipolar, para ver si los cambios cerebrales identificados en las imágenes de resonancia magnética revelan quiénes van a desarrollar episodios de manía,» dijo el profesor Mitchell.
Según el equipo de investigación esperan utilizar los resultados para desarrollar una forma de identificar las personas en riesgo de trastorno bipolar antes de la aparición de la enfermedad. «Por el momento no tenemos ningún marcador o prueba para predecir quién está en riesgo de desarrollar el trastorno bipolar, como lo hacemos para las enfermedades del corazón,» aseguran. «Si podemos desarrollar una herramienta para identificar y confirmar los que están en el riesgo más alto, entonces podemos asesorarles sobre cómo minimizar el riesgo de desarrollar trastorno bipolar, por ejemplo, evitando las drogas ilícitas y reduciendo al mínimo el estrés. Estos descubrimientos pueden abrir la puerta reducir el riesgo de sufrir episodios maníacos antes de que ocurra la primera.
«Nuestro objetivo a largo plazo es el desarrollo de pruebas de diagnóstico. Por el momento, el diagnóstico se basa en la opinión de un médico. Una reciente investigación dirigida por la UNSW encontró un retraso medio de seis años entre el momento en que una persona con trastorno bipolar experimenta su primer episodio maníaco y cuando recibe un diagnóstico correcto, «dijo el profesor. «Muchas personas son diagnosticadas de forma incorrecta con depresión u otros trastornos. Esto retrasa el inicio de un tratamiento adecuado con medicamentos que son específicos para el trastorno bipolar. Esta enfermedad tiene la tasa de suicidios más alta de cualquier enfermedad mental, por lo que es crucial que diagnosticamos las personas correctamente enseguida, para que pueden comenzar a recibir el tratamiento adecuado «.