Científicos que investigan el ADN fuera de nuestros genes, el llamado «genoma oscuro», han descubierto regiones de reciente evolución que codifican proteínas asociadas a la esquizofrenia y el trastorno bipolar que podrían servir para diagnosticar y tratar la esquizofrenia y el trastorno bipolar. Estas nuevas proteínas pueden utilizarse como indicadores biológicos para distinguir entre ambas e identificar a los pacientes más propensos a la psicosis o al suicidio, así como encontrar nuevas dianas farmacológicas, según publican en la revista Molecular Psychiatry.
La esquizofrenia y el trastorno bipolar son trastornos mentales debilitantes y difíciles de diagnosticar y tratar. A pesar de ser tener un componente hereditario, se han encontrado muy pocas pistas sobre su causa en los genes. Los científicos, que han descubierto que las proteínas son producidas por más de 248.000 regiones del «genoma oscuro», y que están alteradas en múltiples enfermedades, creen que los puntos calientes de ese «genoma oscuro» asociados a los trastornos pueden haber evolucionado porque tienen funciones beneficiosas en el desarrollo humano, pero su alteración por factores ambientales conduce a la susceptibilidad o al desarrollo de la esquizofrenia o el trastorno bipolar.
«La definición tradicional de gen es demasiado conservadora y ha desviado a los científicos de la exploración de la función del resto del genoma», señala Chaitanya Erady, investigadora del Departamento de Genética de la Universidad de Cambridge y primera autora del estudio. «Cuando miramos fuera de las regiones del ADN clasificadas como genes, vemos que todo el genoma humano tiene la capacidad de fabricar proteínas, no sólo los genes –añade–. Hemos encontrado nuevas proteínas que intervienen en procesos biológicos y que son disfuncionales en trastornos como la esquizofrenia y el trastorno bipolar».
La mayoría de los fármacos disponibles en la actualidad están diseñados para dirigirse a las proteínas codificadas por los genes. El nuevo hallazgo ayuda a explicar por qué la esquizofrenia y el trastorno bipolar son enfermedades hereditarias, y podría proporcionar nuevas dianas para futuros tratamientos.