El trastorno bipolar es una enfermedad mental que se caracteriza por cambios extremos en el estado de ánimo, que incluyen episodios de manía (períodos de euforia, irritabilidad y energía extrema) y episodios de depresión (períodos de tristeza profunda y falta de energía). Aunque es más común en adultos, también puede afectar a niños y adolescentes.
Detectar el trastorno bipolar en niños y adolescentes puede ser un desafío, ya que los síntomas pueden variar y superponerse con otros trastornos del estado de ánimo o problemas de comportamiento. Sin embargo, existen algunas pautas generales que los padres, cuidadores y profesionales de la salud pueden observar para identificar posibles signos de trastorno bipolar en jóvenes. Es importante recordar que solo un profesional de la salud mental puede hacer un diagnóstico definitivo.
Un estudio ha demostrado cómo el trastorno bipolar parece que puede ser hereditario, viéndose una alta incidencia en hijos cuyos padres sufren este tipo de trastorno. Múltiples evaluaciones transversales de la psicopatología en la descendencia bipolar han confirmado altas incidencias de este trastorno, así como trastornos del estado de ánimo y del comportamiento y otras psicopatologías en esta población.
Según otro estudio, los niños y adolescentes con trastorno bipolar a menudo experimentan cambios de humor intensos y rápidos. Los episodios maníacos se caracterizan por una euforia exagerada, aumento de la energía, hiperactividad y dificultad para concentrarse. Por otro lado, los episodios depresivos se manifiestan a través de la tristeza profunda, fatiga extrema y pérdida de interés en actividades previamente disfrutadas.
Durante los episodios de manía, los jóvenes con trastorno bipolar pueden estar hiperactivos, hablar muy rápido, tener dificultades para concentrarse y tomar decisiones impulsivas. Durante los episodios de depresión, pueden mostrar fatiga extrema, letargo y dificultades para concentrarse.
Los niños y adolescentes con trastorno bipolar, tal y como indica un estudio, también pueden experimentar síntomas somáticos, como dolores de cabeza, trastornos del sueño y quejas gastrointestinales durante los episodios maníacos y depresivos. Los cambios en el patrón de sueño son comunes en el trastorno bipolar, tal y como indica una investigación. Durante la fase maníaca, es posible que los niños y adolescentes duerman muy poco, mientras que, en la fase depresiva, pueden dormir en exceso.
El trastorno bipolar puede afectar el rendimiento académico y la interacción social de un joven. Pueden tener dificultades en la escuela debido a cambios en la concentración y el comportamiento disruptivo. Un estudio examinó el impacto del trastorno bipolar en la calidad de vida de niños y adolescentes y descubrió que estos jóvenes enfrentan desafíos significativos en la escuela, las relaciones sociales y la familia debido a los síntomas del trastorno bipolar, lo que destaca la importancia de un tratamiento temprano y el apoyo de la comunidad.
En conclusión, los síntomas del trastorno bipolar en niños y adolescentes pueden variar en comparación con los adultos, con cambios de humor intensos, síntomas somáticos y comorbilidad con otros trastornos siendo características destacadas. En el caso de los adultos los episodios maníacos y depresivos tienden a ser más evidentes y estables en su duración y presentación. Además, pueden experimentar episodios de euforia, hiperactividad y grandiosidad durante los episodios maníacos, lo que a menudo es más evidente en comparación con los cambios de humor de los niños.
Reconocer estos síntomas y proporcionar tratamiento adecuado es esencial para mejorar la calidad de vida de los jóvenes afectados y promover su bienestar a lo largo de su vida. La investigación en este campo sigue siendo vital para una comprensión más profunda de esta afección en la población joven.
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