Sugieren que la fatiga mental podría ser un mecanismo de autodefensa del cerebro
El trabajo cognitivo extenuante conduce a una acumulación de glutamato en la corteza prefrontal, según una nueva investigación publicada en la revista Current Biology. Los nuevos hallazgos sugieren que la fatiga mental es un mecanismo neuropsicológico que ayuda a evitar la acumulación de subproductos potencialmente tóxicos de la actividad cognitiva prolongada.
Los investigadores estaban particularmente interesados en el papel del glutamato, un neurotransmisor excitatorio que está involucrado en una variedad de funciones cognitivas, incluyendo el aprendizaje y la memoria. Además, el glutamato juega un papel en el control de la fuerza de las conexiones sinápticas. Demasiado o muy poco glutamato puede provocar disfunción neuronal, por lo que es fundamental que este neurotransmisor esté estrictamente regulado.
El nuevo estudio examinó los datos de imágenes cerebrales de 40 participantes. Los investigadores indujeron fatiga mental mediante dos tareas de control cognitivo. Un grupo de participantes completó una versión fácil de las tareas, mientras que un segundo grupo completó versiones sustancialmente más difíciles de las dos tareas.
Ambos grupos informaron niveles similares de fatiga subjetiva después de completar las tareas. Pero los participantes que completaron las difíciles tareas cognitivas mostraron una reducción de la dilatación de los alumnos durante una tarea de elección económica posterior. También mostraron una mayor preferencia por las recompensas inmediatas, en lugar de esperar más tiempo o esforzarse más para obtener mejores recompensas. Críticamente, también tenían niveles más altos de glutamato en las sinapsis de la corteza prefrontal del cerebro.
El agotamiento mental, un sistema de defensa del cerebro
Según los resultados de la investigación, la razón por la que los participantes se sentían mentalmente agotados al pensar de manera intensa es debido a un sistema de defensa del funcionamiento cerebral. Esto se debe a que cuando el trabajo cognitivo intenso se prolonga durante varias horas, se acumulan subproductos potencialmente tóxicos en la parte del cerebro conocido como córtex prefrontal.
Los hallazgos proporcionan evidencia de que la acumulación de glutamato hace que la activación adicional de la corteza prefrontal sea más costosa, de modo que el control cognitivo es más difícil después de una jornada laboral mentalmente difícil. Esta acción altera el control sobre las decisiones, de modo que se desplaza hacia acciones de bajo coste que no conllevan esfuerzo.
