La psicosis menstrual es un trastorno infrecuente y a menudo no reconocido. Como su nombre indica, se trata de un tipo particular de la psicosis que se produce en el período menstrual, generalmente descrito como el marco de tiempo de entre 3 días antes y 3 días después del primer día de la menstruación. En contraste con la esquizofrenia, la psicosis menstrual se presenta cíclicamente, se produce una remisión completa entre los episodios, y la enfermedad no causa deterioro cognitivo.
Este síndrome se ganó el reconocimiento de ser un trastorno propio a finales del siglo XIX, con la descripción de 19 casos por el psiquiatra Krafft-Ebing y la posterior publicación de una monografía titulada «Psicosis Menstrualis» por el mismo autor. En 1998, otro especialista como Brockington publicó una extensa revisión que consta de 275 estudios de casos, mostrando una psicosis cíclica relacionado con la menstruación. Aun así la conciencia sobre este trastorno se ha desvanecido en los últimos años, y hoy en día la mayoría de los psiquiatras no están familiarizados con él.
Hay mucha literatura sobre la posible correlación entre los episodios psicóticos y el ciclo menstrual. La psicosis menstrual es un diagnóstico con su propia fenomenología y tratamiento en el que cíclicamente, la paciente presenta episodios de confusión y delirio. Estos episodios por lo general se agrupan alrededor de la menarquia y el parto, tal vez sugiriendo una correlación con los ciclos anovulatorios.
Se cree que esta patofisiología aumenta la sensibilidad del receptor dopaminérgico durante la fase de estrógeno bajo. Esta conclusión se apoya en la observación de que, en la esquizofrenia, los altos niveles de estrógeno se correlacionan con bajas puntuaciones de síntomas positivos. En otras palabras, los niveles de estrógeno parecen estar asociados con los niveles de dopamina y la «sensibilidad» de los receptores D2 de dopamina. En los períodos bajos de estrógeno, el aumento de la actividad dopaminérgica podría correlacionarse con el inicio de los síntomas positivos de la psicosis. En otras palabras, las mujeres afectadas son incapaces de compensar el aumento de la dopamina inducida por la fase de niveles bajos de estrógeno lo que les predispone a sufrir brotes psicóticos durante el período menstrual.