Hay muchos factores que influyen en la salud mental de las personas. La genética, factores sociales o culturales, experiencias pasadas o incluso la clase social. El género también es uno de ellos.
Hombres y mujeres pueden verse afectados del mismo modo por problemas de salud mental, pero hay enfermedades mentales más comunes o que se diagnostican más en mujeres que en hombres y viceversa.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), eso puede deberse a que el género condiciona de forma directa las experiencias que vive una persona. Dependiendo de su género la sociedad le impondrá unos roles u otros y podría verse expuesta a un tipo distinto de experiencias que puedan afectar su salud mental.
El organismo apunta a que los episodios depresivos, la ansiedad generalizada, la agorafobia (miedo a estar en lugares de donde es difícil escapar o disponer de ayuda), el trastorno del pánico, los trastornos que provocan síntomas físicos (como las taquicardias o el dolor de cabeza), la hipocondría están significativamente relacionadas a los roles de género, entre otros factores de riesgo.
La depresión se ha convertido en la primera causa mundial de discapacidad, según la OMS : se calcula que afecta a más de 300 millones de personas. Pero esta enfermedad es dos veces más común entre las mujeres que entre los hombres.
Ellas también tienen el doble de posibilidades de sufrir un trastorno de estrés postraumático (TEPT). Las mujeres son las principales víctimas de violencia sexual y/o de maltrato, hechos que hacen aumentar mucho las probabilidades de desarrollar este trastorno.
En cuanto a los hombres, suelen ser diagnosticados con más frecuencia por su dependencia al alcohol. La OMS apunta que un 20% de los hombres serán adictos a la bebida a lo largo de su vida en comparación al 8% para las mujeres.
A lo largo de sus vidas, un 5.8% de los hombres padecerá trastorno antisocial de la personalidad, trastorno que provoca que la persona ignore los sentimientos de los demás.
Esa cifra, sin embargo, es menos de la mitad en mujeres. Además, aunque la tasa de suicidio es más alto en hombres, las mujeres tienen una tasa más alta de intentos de suicidio.
La OMS señala que es “imposible” examinar el impacto del género en la salud mental sin considerar la discriminación y la violencia de género. Por ello, subraya que los factores de riesgo de los trastornos mentales comunes afectan de manera desproporcionada a las mujeres: la violencia de género, las desventajas socioeconómicas, los bajos ingresos y la desigualdad de ingresos, el estatus y rango social bajo o subordinado y la responsabilidad incesante por el cuidado de los demás.
Por otro lado, los estereotipos también juegan un papel en el diagnóstico de la salud mental. Ellas son más propensas a ser diagnosticadas con depresión, ansiedad y trastornos mentales comunes. Según cifras de la OMS, las mujeres tienen un 48% más de posibilidades de recibir medicación psiquiátrica.
Además, la tendencia de los hombres a no pedir ayuda psicológica o no mostrar síntomas de depresión es otro de los motivos por los que hay algunos trastornos mentales que se diagnostican más a un género que a otro.
Por ello, la OMS señala que es necesario tener en cuenta el género cuando se diagnostica una enfermedad mental y se trata. Si los factores de riesgo a los que se enfrentan hombres y mujeres son diferentes, entonces su gestión debería estar especializada por género.