No suele ser común la deficiencia de vitamina B6 en la población, pero sus niveles bajos pueden ser motivo de la aparición de diferentes patologías y síntomas, según se recoge en el famoso manual MSD, como “neuropatía periférica, dermatitis seborreica, glositis y queilosis, y en los adultos, depresión, confusión y convulsiones”. Además, existen algunos factores que pueden contribuir al déficit de esta vitamina como «los fármacos que inactivan a la piridoxina, la desnutrición calórico-proteica, la malabsorción o el alcoholismo», señalan en el documento. “Los niveles de vitamina B6 en sangre periférica de una subpoblación de pacientes con esquizofrenia son significativamente más bajos que los de los controles sanos”, afirman los autores del estudio.
La vitamina B6 es una vitamina hidrosoluble «que se transforma en el organismo en sus formas activas piridoxal-fosfato y, en menor medida, en fosfato de piridoxamina», afirman desde la Asociación Española de Pediatría. Estas formas, añaden, “participan como cofactores enzimáticos en numerosas reacciones bioquímicas implicadas en el metabolismo de las proteínas y aminoácidos, y en menor medida, en el de los lípidos y los glúcidos, también participa en la síntesis de los ácidos nucleicos, de hemoglobina, y parece intervenir en la del GABA”.
“La vitamina B6 (piridoxina) es importante para el desarrollo cerebral normal y para mantener saludables el sistema nervioso y el sistema inmunitario”, destacan desde la Clínica Mayo. Ahora, una investigación llevada a cabo por el Instituto Metropolitano de Ciencias Médicas de Tokio ha sugerido que la deficiencia de vitamina B6 podría contribuir al desarrollo de los síntomas de la esquizofrenia, un trastorno psiquiátrico heterogéneo caracterizado por síntomas como «alucinaciones y delirios, síntomas negativos como apatía y falta de emoción, además de deterioro cognitivo», según apuntan los autores. En este sentido, descubrieron un factor común en todos los sujetos que sufrían esta patología y que habían sido investigados: “Los niveles de vitamina B6 (piridoxal) en sangre periférica de una subpoblación de pacientes con esquizofrenia son significativamente más bajos (tomando de referencia los niveles de vitamina B6 en hombres de <6 ng / ml y en mujeres de <4 ng / ml) que los de los controles sanos”, explican los investigadores. Concretamente, más del 35%. La piridoxamina en dosis altas fue eficaz para aliviar los síntomas psicóticos en un subconjunto de pacientes con esquizofrenia.
Además, subrayaron que estos niveles son “inversamente proporcional a la puntuación de gravedad en la escala de síntomas positivos y negativos (PANSS), lo que sugiere que la deficiencia de esta vitamina podría contribuir al desarrollo de los síntomas de la esquizofrenia”. Los autores también citan una revisión en la que se muestra que la disminución de esta vitamina en pacientes con esquizofrenia es “la evidencia más convincente en biomarcadores periféricos para trastornos mentales importantes”. Y también han resaltado que la piridoxamina “en dosis altas fue eficaz para aliviar los síntomas psicóticos en un subconjunto de pacientes con esquizofrenia”.
La vitamina B6 se obtiene a partir de la alimentación. Podemos encontrarla en carne de aves, pescado, patatas, garbanzos, bananas y cereales fortificados, entre otros. Aunque también se puede conseguir a través de complementos alimenticios. Para confirmar la relación entre este nutriente y la esquizofrenia, los investigadores utilizaron ratones a los que les hicieron seguir una dieta baja en vitamina B6. Tras cuatro semanas, el nivel de B6 en plasma en ratones disminuyó al 3% con respecto a los de control. Y también pudieron comprobar cómo estos animales mostraron déficits sociales y deterioro cognitivo. Además, la suplementación con B6 directamente en el cerebro mediante una bomba osmótica mejoró la hiperactivación del sistema noradrenérgico y las anomalías del comportamiento, “lo que indica que los déficits de comportamiento mostrados en los ratones se atribuyen a la deficiencia de esta vitamina en el sistema nervioso central”. Los científicos defienden estos resultados con el punto de mira en una posible nueva estrategia terapéutica para estos pacientes. De hecho, actualmente están investigando la vitamina B6 como posible tratamiento para esta patología.