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La terapia electroconvulsiva (ECT), anteriormente conocida como terapia de electroshock, implica inducir una breve convulsión en el cerebro utilizando dosis controladas de electricidad. Si bien la TEC es muy eficaz para ciertas enfermedades mentales, en particular la depresión, las razones de su eficacia han desconcertado durante mucho tiempo los campos de la psiquiatría y la neurociencia.
Ahora, investigadores de la Universidad de California en San Diego pueden tener una respuesta. En dos nuevos estudios publicados en Translational Psychiatry , proponen una nueva hipótesis de que la TEC alivia los síntomas de depresión al aumentar la actividad aperiódica, un tipo de actividad eléctrica en el cerebro que no sigue un patrón consistente y generalmente se considera el ruido de fondo del cerebro.
La terapia electroconvulsiva tiene un gran historial, pero mala reputación. La terapia es eficaz hasta en el 80% de los pacientes que reciben tratamiento, con mayor frecuencia para la depresión, pero ocasionalmente para el trastorno bipolar o la esquizofrenia. Sin embargo, a pesar de esta alta tasa de éxito, la terapia electroconvulsiva se asocia frecuentemente con imágenes aterradoras de personas que reciben descargas dolorosas de alto voltaje.
Si bien en general es segura y eficaz, la TEC tiene desventajas, que incluyen confusión temporal y deterioro cognitivo. También requiere múltiples visitas ambulatorias, lo que puede representar una barrera para algunas personas que de otro modo podrían beneficiarse del tratamiento.
Los investigadores utilizaron exploraciones de electroencefalografía (EEG) para estudiar la actividad cerebral de pacientes que recibieron terapia ECT para la depresión. También analizaron otra forma similar de tratamiento llamada terapia de convulsiones magnéticas, que induce una convulsión con imanes en lugar de electrodos. Ambas terapias mostraron mayores niveles de actividad aperiódica en el cerebro de los pacientes después del tratamiento.
Una de las funciones de la actividad aperiódica en el cerebro es ayudar a controlar cómo se encienden y apagan las neuronas. Nuestras neuronas pasan constantemente por ciclos de excitación e inhibición que se corresponden con diferentes estados mentales. La actividad aperiódica ayuda a estimular la actividad inhibidora en el cerebro, ralentizándola efectivamente.
Si bien estos hallazgos establecen un vínculo entre la actividad aperiódica y los beneficios de la TEC, los investigadores enfatizan la necesidad de realizar más investigaciones para aprovechar estos conocimientos en aplicaciones clínicas. Actualmente están explorando la posibilidad de utilizar la actividad aperiódica como métrica de la eficacia del tratamiento en otros tratamientos para la depresión, como los medicamentos.