Eyes behind broken mirror
La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de difundir los resultados del primer estudio de salud mental en 20 años, reconociendo la urgente necesidad de transformar la atención sanitaria ante este tipo de patologías.
Según el estudio, las personas con problemas de salud mental graves mueren una media de 10 a 20 años antes que la población general, principalmente debido a enfermedades físicas prevenibles. La depresión y la ansiedad aumentaron más de un 25% solo en el primer año de la pandemia, mientras en 2019, casi mil millones de personas, incluido el 14% de los adolescentes del mundo, vivían con un trastorno mental. El suicidio representó más de 1 de cada 100 muertes y el 58% de los suicidios ocurrieron antes de los 50 años.
Las desigualdades sociales y económicas, las emergencias de salud pública, la guerra, la crisis climática, el abuso sexual infantil y la victimización por intimidación figuran entre las principales amenazas estructurales globales para la salud mental. En todos los países, las personas con mayor nivel de pobreza y los más desfavorecidos de la sociedad son los que corren mayor riesgo de sufrir enfermedades psíquicas y los que también tienen menos probabilidades de recibir servicios adecuados.
Según datos recogidos en el informe, el 71% de las personas con psicosis en todo el mundo no reciben servicios de salud mental. Si bien se informa que el 70% de las personas con psicosis reciben tratamiento en países de altos ingresos, solo el 12% de las personas con psicosis reciben atención de salud mental en países de bajos ingresos.
El nuevo informe de la OMS destaca por qué y dónde es más necesario el cambio y cómo se puede alcanzar la transformación. Hace un llamamiento a todas las partes interesadas a trabajar juntas para profundizar en el valor y el compromiso otorgado a la salud mental, remodelar los entornos que influyen en la salud mental y fortalecer los sistemas que cuidan la salud mental de las personas.