Un nuevo estudio elaborado por el Kings College de Londres asegura que el trastorno de personalidad múltiple tiene su origen en experiencias traumáticas como negligencia o abuso en la infancia, en lugar de estar relacionado con la sugestión o la propensión a la fantasía. El trastorno de personalidad múltiple, más conocido como trastorno de identidad disociativo afecta aproximadamente a un uno por ciento de la población en general, niveles similares a los reportados para la esquizofrenia.
Las personas que son diagnosticadas a menudo han tenido varios errores de diagnóstico previos, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar. El trastorno de de identidad disociativo se caracteriza por la presencia de dos o más identidades distintas o personalidades diferentes, cada una con su propia percepción del entorno y de sí mismos. A pesar de estar reconocida en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) todavía existe gran controversia en torno al diagnóstico. Algunos expertos sostienen que se vincula a un trauma como una desatención emocional o física, o abuso sexual desde la primera infancia. Otros tienen una visión que no está no relacionada con el trauma si no que creen que esta condición está relacionada con tener propensión a la fantasía, la sugestión, la simulación o la promulgación.
Este nuevo estudio, publicado en Acta Psychiatrica Scandinavica desafía la hipótesis central del modelo de la fantasía, de acuerdo con los autores del estudio. Los investigadores compararon a 65 mujeres en una variedad de cuestionarios que medían las experiencias traumáticas, la sugestión, y la propensión a la fantasía y la la simulación de síntomas psiquiátricos. Las mujeres de la muestra tenían un diagnóstico real de trastorno de identidad disociativo, otro grupo eran actrices a quienes se pidió que simularan esta enfermedad, mujeres con trastorno de estrés postraumático y mujeres sin ningún tipo de dolencia.
Encontraron que las pacientes con este trastorno no eran más propensos a la fantasía y no generaban más falsos recuerdos que el resto de las mujeres de los otros grupos. Los investigadores encontraron un continuo de gravedad referente a los síntomas relacionados con el trauma entre los diferentes grupos, con las puntuaciones más altas en pacientes con el trastorno de identidad disociativo, seguido de los pacientes con trastorno de estrés postraumático, y las más bajas calificaciones para las mujeres sin ninguna enfermedad. Esto apoya la teoría de que existe una asociación entre la gravedad de la psicopatología relacionada con el trauma, la edad de inicio, la gravedad y la intensidad del trauma.
«Nuestros hallazgos se corresponden con la investigación en otras áreas de la psicología y la psiquiatría, que implican cada vez más el trauma con trastornos de salud mental como la psicosis, la depresión y ahora, el trastorno de identidad disociativo» afirmó el Dr. Simone Reinders del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia (IoPPN) en el Kings College de Londres. «En última instancia, esto llevaría a un rápido diagnóstico y tratamiento para los pacientes y un mayor reconocimiento del trastorno de identidad disociativo como un trastorno de salud mental. Ahora queremos entender las bases neurobiológicas de esta enfermedad y si las terapias psicológicas o farmacológicas son más eficaces en el tratamiento de la enfermedad», concluyó.