En el marco del desarrollo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (Cop 26), que se celebró en la ciudad de Glasgow (Escocia), se presentó un informe elaborado conjuntamente por la Asociación Americana de Psicología y ecoAmérica, que asegura que la situación del medio ambiente puede derivar en diferentes dolencias, como los trastornos del estado de ánimo, la ansiedad, la esquizofrenia y la demencia vascular, entre otras.
Las asociaciones que presentaron el informe indicaron la necesidad urgente de fomentar diferentes estrategias comunitarias y de políticas públicas para combatir estos problemas. Los datos que sustentan este comunicado se basan en los resultados de un informe titulado “Salud mental y nuestro clima cambiante: impactos, desigualdades y respuestas”. El documento precisa que “los desastres agudos provocados por el cambio climático están provocando efectos nocivos en la salud humana. El cambio climático a largo plazo conduce a enfermedades y mortalidad relacionadas con temperatura, propagación de enfermedades transmitidas por vectores, problemas respiratorios y respuesta alérgica, desarrollo fetal e infantil comprometidos y amenazas para el suministro y la seguridad de agua y alimentos, entre otros impactos”, afirma. Pero también indica que se trata de “uno de los problemas más cruciales” que enfrenta el mundo y que también “está afectando enormemente la salud mental”.
Según enumeró las instituciones, “los efectos más inmediatos en la salud mental se pueden observar como consecuencia de los crecientes desastres provocados por el cambio climático, como huracanes, incendios forestales e inundaciones”. En la lista de consecuencias se incluyen trauma, conmoción, trastorno de estrés postraumático, sentimientos de abandono y ansiedad y depresión, los cuales pueden llevar a ideas suicidas y conductas de riesgo. Además, este tipo de catrastrofes naturales propicia que en el ámbito comunitario se pueden “tensar las relaciones sociales, reducir la cohesión social y aumentar la violencia interpersonal y el abuso infantil”.
Por otro lado aseguran que a largo plazo, el cambio climático tiene impactos igualmente profundos en la salud mental. El aumento de las temperaturas puede provocar un aumento de los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad, la esquizofrenia y la demencia vascular, y puede aumentar el uso de la sala de emergencias y las tasas de suicidio. Además, los cambios en el entorno local pueden causar dolor, desorientación y un desempeño laboral deficiente, así como dañar las relaciones interpersonales y la autoestima. Las personas desplazadas por eventos de cambio climático, como incendios forestales o sequías, pueden experimentar pérdida de identidad personal, entre otros impactos más severos. Y en última instancia, las migraciones masivas impulsadas por el cambio climático a largo plazo pueden provocar hostilidades entre grupos, conflictos políticos, terrorismo e incluso guerras.
Además, “la preocupación por el cambio climático junto con la preocupación por el futuro puede generar miedo, ira, sentimientos de impotencia, agotamiento, estrés y tristeza, a menudo denominados ecoansiedad o ansiedad climática”, detalló el comunicado, que agregó que también esto puede tener relación con el aumento en el uso de sustancias psicotrópicas en el segmento joven de la población.
El documento también ofrece algunas sugerencias que se pueden poner en práctica para trabajar en estas problemáticas emergentes. “Las estrategias incluyen fomentar un sentido de optimismo, reforzar las conexiones sociales e incorporar artículos personales que pueden preservar o fortalecer la salud mental en los planes de preparación para emergencias, entre muchas recomendaciones adicionales”. En el aspecto comunitario, “los profesionales de la salud mental pueden ayudar con planes para aumentar la cohesión social en la comunidad, como programas sociales y planificación de infraestructura para aumentar los parques comunales y otros espacios verdes”. Asimismo, el informe recomienda que los miembros de la comunidad, incluidos los de diversos orígenes, culturas y habilidades, se incluyan en la planificación de la resiliencia para tener en cuenta las distintas necesidades de cada colectivo”.
El documento fue escrito por Susan Clayton, profesora de psicología de Whitmore-Williams, College of Wooster; Christie Manning, directora de Sostenibilidad y profesora asistente de estudios ambientales del Macalester College; Meighen Speiser, directora Ejecutiva de ecoAmerica; y Nicole Hill, también de ecoAmerica.
Please wait while flipbook is loading. For more related info, FAQs and issues please refer to DearFlip WordPress Flipbook Plugin Help documentation.