Una reciente investigación ha relacionado el aislamiento social y un menor volumen cerebral en áreas relacionadas con la cognición, lo que implicaría un aumento del riesgo de demencia. Los resultados de la investigación han sido .
El trabajo, publicado en la revista ‘Neurology’, se ha basado en el análisis de más de 460.000 británicos a los que se ha realizado un seguimiento de 12 años antes de la pandemia. De estos casi el 9% (alrededor de 42.000 sujetos) comunicaron estar socialmente aislados, mientras que el 6% (alrededor de 29.000 personas), afirmaban sentirse solos.
Durante el periodo de estudio casi 5.000 participantes desarrollaron demencia. Dentro del grupo de participantes que reportaron estar socialmente aislados, 649 (1,55%) desarrollaron demencia, frente al 1,03% de los sujetos participantes que no se estaban aislados socialmente (4.349 sujetos). Los investigadores hallaron que las personas socialmente aisladas tenían un volumen más bajo de materia gris en el cerebro en varias regiones involucradas con el aprendizaje y el pensamiento.
Los investigadores encontraron con su análisis que las personas que estaban socialmente aisladas tenían un 26% más de probabilidades de desarrollar demencia, en comparación con aquellos que no estaban socialmente aislados. No han observado una correlación entre la soledad y un mayor riesgo de desarrollar demencia.