Todos hemos sentido el funcionamiento del llamado «eje cerebro-intestino«, cómo nuestros intestinos se ven afectados, por ejemplo, por el estrés. Pero aún así, los investigadores no saben mucho sobre la relación entre nuestro intestino y nuestro cerebro.
Un nuevo estudio, publicado en la revista Genome Medicine y desarrollado en el Centro NORMENT, revela miles de variantes genéticas compartidas entre diferentes pacientes psiquiátricos y pacientes que padecen el síndrome del intestino irritable (SII). Este estudio arroja nueva luz sobre el eje cerebro-intestino y es un nuevo paso hacia la búsqueda de un tratamiento eficaz para el SII, una enfermedad gastrointestinal que afecta aproximadamente al 10 por ciento de la población mundial. Los síntomas van desde dolor abdominal , estreñimiento y diarrea y la enfermedad suele provocar una mala calidad de vida.
Utilizando datos de más de 50.000 pacientes con SII y cientos de miles de controles, y nuevos métodos estadísticos, los investigadores lograron identificar 116 nuevos loci de riesgo genómico (ubicaciones específicas dentro de la secuencia de ADN que a menudo comprenden un grupo de variantes) para el SII. Además, identificaron 70 loci únicos que comparten el SII y diferentes trastornos psiquiátricos: siete con trastorno de ansiedad generalizada, 35 con depresión mayor, 27 con enfermedad bipolar y 15 con esquizofrenia. Curiosamente, descubrieron que muchos de los loci relacionados con el SII también participan en la regulación del sistema nervioso.