Las personas suelen evitar o retrasar la búsqueda de ayuda profesional cuando sufren problemas de salud mental. El estigma que acarrean estas enfermedades es un factor de disuasión clave para la búsqueda de ayuda pero hasta el momento no se había realizado una revisión de los estudios que se habían realizado al respecto. Investigadores del Departamento de Investigación de Población y Servicios de Salud del Instituto de Psiquiatría del King’s College de Londres de Reino Unido han realizado una revisión sistemática que abordó la pregunta: ¿Cuál es el impacto del estigma relacionado con la salud mental en la búsqueda de ayuda para problemas de salud mental? También plantearon en el estudio otra serie de cuestiones relevantes como ¿Cuál es el tamaño y la dirección de cualquier asociación entre el estigma y la búsqueda de ayuda? ¿En qué medida se identifica el estigma como una barrera para la búsqueda de ayuda? ¿Qué procesos subyacen a la relación entre el estigma y la búsqueda de ayuda? y ¿Existen grupos de población para los cuales el estigma disuade de manera desproporcionada la búsqueda de ayuda?
Para responder todas estas preguntas se realizaron búsquedas en cinco bases de datos electrónicas desde 1980 hasta 2011 y se verificaron las referencias de las revisiones. La revisión identificó 144 estudios al respecto del estigma con 90189 participantes que cumplían los criterios de inclusión. La asociación media entre el estigma y la búsqueda de ayuda fue negativa y el estigma internalizado y del tratamiento se asoció con mayor frecuencia en la menor búsqueda de ayuda. En el estudio se derivó un modelo conceptual detallado que describe los procesos que contribuyen y contrarrestan el efecto disuasorio del estigma en la búsqueda de ayuda. Las minorías étnicas, los jóvenes, los hombres, los militares y las profesiones sanitarias se vieron desproporcionadamente disuadidos por el estigma. El estudio concluyó que el estigma tiene un efecto disuasorio claro, pero de pequeño a moderado, sobre la búsqueda de ayuda para los problemas de salud mental, y esta revisión puede ayudar al desarrollo de intervenciones para aumentar el acceso a la atención.
Los programas educativos, los servicios sociales y los profesionales sanitarios que luchan contra el estigma deben centrarse en contrarrestar los estereotipos (en particular, la debilidad y la «locura»); el juicio social y el rechazo a las personas con problemas de salud mental así como la discriminación laboral y el sentimiento de vergüenza que sufren estos pacientes. Una vez ya han sido atendidos este estudio refleja que los servicios y los profesionales podrían ayudar a los usuarios de los servicios a desarrollar estrategias adicionales para hacer frente y contrarrestar el estigma del tratamiento y abordar el estigma internalizado. Se han identificado varias intervenciones con evidencia preliminar de efectividad para reducir el estigma internalizado, incluida la psicoeducación (con o sin terapia cognitivo-conductual), terapia de aceptación y conducta e intervenciones multimodales.
Ciertos grupos son particularmente vulnerables al estigma lo que compromete la búsqueda de ayuda y se debería brindar atención desestigmatizante para dichos grupos. Por último, dado que el estigma no es el único o principal factor que compromete la búsqueda de ayuda, las intervenciones futuras deben incorporar estrategias de reducción del estigma dentro de enfoques más amplios, de modo que se aborden tanto las barreras de tratamiento relacionadas con el estigma como otras barreras clave del tratamiento, por ejemplo, combinando programas contra el estigma con los relativos a la alfabetización sobre salud mental.