A silhouette of human head with gear figure - Concept of mental health, World Mental Health Day concept
Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), 9 de cada 15 enfermedades más frecuentes entre las personas que tienen reconocida una discapacidad en España son neurológicas. Afectan a más de 7 millones de personas en nuestro país, lo que supone un 16% de la población general en España.
Entre las enfermedades neurológicas con mayor incidencia se encuentran el ictus, las demencias (entre las que destaca la enfermedad de Alzheimer), el Párkinson, las cefaleas, la epilepsia, la esclerosis múltiple o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Se estima que, en 2050, el 30% de la población española tendrá más de 65 años, por lo que, si no se toman medidas, el número de pacientes con enfermedades neurológicas o neurodegenerativas aumentará de forma considerable. Según datos ofrecidos por la SEN, para esa fecha, se podrían triplicar el número de casos de alzhéimer y en 10 años aumentará un 45% las muertes provocadas por ictus.
Por otro lado, los avances tecnológicos que nos rodean en nuestro día a día hacen que cada vez nos esforcemos menos intelectualmente, ya que evitan que pongamos en marcha nuestras funciones cognitivas. El hecho de no estimular el cerebro hace que la reserva cognitiva vaya disminuyendo.
Existen dos tipos de factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades neurológicas: aquellos ante los que no se puede actuar, como la edad o la influencia de los genes, y aquellos que se pueden modificar, como el estilo de vida. Para mantener un envejecimiento saludable es fundamental adquirir unos hábitos que consigan prevenir y retrasar la aparición de este tipo de patologías.
Un estudio publicado en el ‘American Academy of Neurology’ analiza y relaciona la calidad y la cantidad de actividades y ejercicios mentales con el riesgo de deterioro cognitivo. Según sus conclusiones, a mayor número de actividades mentalmente estimulantes realizadas durante la vejez, menor riesgo de desarrollar deterioro cognitivo.
Recientemente, se ha puesto en marcha el primer estudio cerebral dirigido a diagnosticar y prevenir enfermedades neurológicas antes de que aparezcan los primeros síntomas. El Hospital Cleveland Clinic (Estados Unidos), recopilará datos de hasta 200.000 personas durante 20 años. Su objetivo es identificar biomarcadores genéticos y/o cambios de tipo molecular, estructural, neurofisiológico y cognitivo para prevenir y curar trastornos neurológicos.
Los expertos en neurología coinciden en que una de las mayores claves a la hora de prevenir la aparición de enfermedades neurológicas es fomentar la reserva cognitiva y, para ello, debemos estimular al cerebro.
Debemos incluir en nuestro día a día actividades intelectuales que ayuden a aumentar la conectividad entre nuestras neuronas y permitan ejercitar nuestro cerebro. Este tipo de actividades pueden ser leer, escribir, fomentar la memoria o realizar crucigramas. También podemos intentar cambiar nuestras rutinas cada cierto tiempo para estimular y activar nuestra atención y potenciar las relaciones sociales y afectivas evitando el aislamiento social y el estrés.
Por otro lado, practicar hábitos de vida saludables, ya que el cerebro también se beneficia de ello. Existen factores que también están involucrados en la aparición de las enfermedades como la inactividad física, el tabaquismo, el consumo de alcohol o la contaminación del aire.
La alimentación también es un factor muy importante. Se debe limitar el consumo de azúcares refinados y grasas saturadas, para potenciar el consumo de verduras, frutas, pescados y los frutos secos.
Y, por supuesto, no dejar de lado una buena higiene del sueño (dormir entre 7 y 9 horas diarias). Algunos estudios, como el llevado a cabo por investigadores del proyecto Barcelona Brain Health Initiative (BBHI) y publicado en la revista ‘Plos One’, sugieren dormir adecuadamente es decisivo para reducir el riesgo de padecer enfermedades neurológicas o neuropsiquiátricas.
Los especialistas coinciden en que mantener hábitos cerebro-saludables pueden tanto prevenir el riesgo de tener algunas de estas patologías como mejorar la salud mental y el bienestar emocional de las personas.