El sueño insuficiente y perturbado durante la adolescencia puede aumentar el riesgo posterior de esclerosis múltiple, sugiere un estudio de casos y controles publicado en línea en el ‘Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry’.
En la esclerosis múltiple influyen factores genéticos y ambientales, como el tabaquismo, el peso en la adolescencia (IMC), la infección por el virus de Epstein-Barr, la exposición al sol y la vitamina D. Hasta el momento, no se había evaluado del todo si los patrones de sueño (duración, alteración del reloj corporal y calidad del sueño) pueden afectar en el riesgo de sufrir esta enfermedad.
Los investigadores se basaron en un estudio poblacional de casos y controles, la Investigación Epidemiológica de la Esclerosis Múltiple (EIMS), que incluía a residentes suecos de entre 16 y 70 años. El estudio se centró especialmente en los patrones de sueño durante las edades de 15 a 19 años.
La edad media a la que se diagnosticó la esclerosis múltiple fue de 34 años. La duración y la calidad del sueño durante la adolescencia se asociaron con el riesgo de diagnóstico de esclerosis múltiple, que aumentaba a la par que el número de horas de sueño y su calidad.
Según los resultados del estudio, dormir poco se asoció con un riesgo un 40% mayor de desarrollar posteriormente esclerosis múltiple, tras tener en cuenta una serie de factores potencialmente influyentes, como el IMC a los 20 años y el tabaquismo. Del mismo modo, la mala calidad del sueño evaluada subjetivamente durante este periodo se asoció con un aumento del 50% del riesgo de desarrollar la enfermedad. Los cambios en el ritmo de sueño entre los días de trabajo/escolares y los fines de semana/días libres no parecieron influir.
Los investigadores advierten de que sus hallazgos deben interpretarse con cautela debido a la posible causalidad inversa, según la cual dormir mal podría ser consecuencia de un daño neurológico y no al revés.
No obstante, señalan que se sabe que un sueño escaso y de mala calidad afecta a las vías inmunitarias y a la señalización inflamatoria, mientras que el reloj biológico también interviene en la regulación de la respuesta inmunitaria. Por ello sugieren que dormir suficientes horas de sueño reparador durante la juventud puede ayudar a prevenir la enfermedad.