Esta semana se han celebrado en el centro Joaquín Roncal de Zaragoza las VIII Jornadas de Alzheimer en Aragón para analizar la situación actual de esta enfermedad neurodegenerativa en una de las Comunidades Autónomas más envejecidas de España. Las instituciones sanitarias afrontan el doble reto de asistir a los pacientes y al mismo tiempo atender física y emocionalmente a sus cuidadores que en muchos casos también presentan una avanzada edad y deberían estar igualmente cuidados por terceras personas.
La Federación de Alzheimer de Aragón, que cuenta en la actualidad con más de 4.000 socios en la Comunidad y atiende a 550 familias de la provincia de Zaragoza asegura que en la comunidad aragonesa sufren esta enfermedad o demencia entre 30.000 y 35.000 personas, un porcentaje que ha aumentado en los últimos años, pasando de los 26.000 afectados que había en 2007 a la «abrumadora» cifra actual. «Por la población envejecida que tiene Aragón, sabemos que el número de casos va a ir en aumento y cada vez más nos encontramos casos de personas que son diagnosticadas con 50 años», indican desde la asociación.
En Aragón, dado las características geográficas y demográficas de su población, familiares, pacientes y sanitarios enfrentan numerosas dificultades para conseguir llegar a todos. Las trabajadoras sociales de las comarcas se implican en la atención de las familias con enfermos de alzhéimer, cuya labor trata de supervisar también la federación y las asociaciones provinciales por medio de diferentes talleres que ayuden a estos pacientes y favorezcan la formación del voluntariado.
En la actualidad no existe cura para el alzhéimer y los fármacos dirigidos a tratar la enfermedad están encaminados a retrasar su proceso y paliar la parte psiquiátrica y emocional que conlleva no solo para el paciente, sino también para el que lo cuida. «El reto está en lograr que el cuidador mantenga un nivel de sostenibilidad suficiente como para no caer enfermo o en situaciones de inestabilidad mental», concluyen.