a closeup shot of a person puffing on a cigarette surrounded with smoke
Según ha demostrado un informe de la Universidad de Bristol, fumar aumenta el riesgo de desarrollar esquizofrenia entre un 53% y un 127% y de desarrollar depresión entre un 54% y un 132%.
La evidencia ha sido presentada en el Congreso Internacional del Royal College of Psychiatrists, donde se recibirán nuevos datos sobre el número de fumadores con problemas de salud mental, ya que las tasas de tabaquismo son mucho más altas entre las personas con problemas de salud mental que entre las que no.
La mayoría de los estudios que han analizado esta asociación no han podido descifrar si se trata de una relación de causa y efecto y, de ser así, en qué dirección: ¿La enfermedad mental aumenta la probabilidad de fumar, o fumar es en sí mismo un factor de riesgo de enfermedad mental?
Investigadores del Grupo de Investigación de Tabaco y Alcohol de la Universidad (TARG) con el apoyo de la Unidad de Epidemiología Integral de MRC de Bristol (IEU) y el Centro de Investigación Biomédica de Bristol (BRC) de NIHR, utilizaron datos del Biobanco del Reino Unido de 462.690 individuos de ascendencia europea, que comprenden el 8% actual fumadores y 22% exfumadores.
Encontraron evidencia de que fumar tabaco aumenta el riesgo de depresión y esquizofrenia, pero también de que la depresión y la esquizofrenia aumentan la probabilidad de fumar (aunque la evidencia fue más débil en esta dirección para la esquizofrenia).
Se debe llegar a comprender y abordar el círculo vicioso de los efectos bidireccionales, según el cual tener síntomas de enfermedad mental hace que las personas fumen más y tengan más probabilidades de volverse adictos, de que aumente el riesgo de enfermedad mental subsiguiente y exacerbe los síntomas de salud mental. Las tasas más bajas de tabaquismo mejorarían los niveles generales de buena salud mental, así como la salud física.