Los académicos aún no han descifrado el código molecular para entender que es lo que provoca las enfermedades mentales como la esquizofrenia. Esta es la razón principal por la que los inversores evitan invertir su dinero en descubrir tratamientos para esta enfermedad mental según aseguraron en el Foro de Innovación Médica Mundial que se realizó en Boston, en los Estados Unidos. No se trata según estos inversores en el número de personas que lo sufren en el mundo ni en los ingresos de media que tienen estas personas si no en los pocos avances que se han realizado hasta el momento para entender el mecanismo de la enfermedad.
Únicamente 900 millones de dólares se han invertido por los capitalistas de riesgo de este país en el desarrollo de fármacos psiquiátricos en la última década, una cifra considerada baja si se compara con los más de nueve mil millones dólares invertidos en oncología o los más de cuatro mil millones de dólares que se dedicaron a la neurología. El desequilibrio no sorprendió a los asistentes al foro ya que ese dinero lo destinan a enfermedades igual de graves pero más simples de investigar. La mayor complejidad de la esquizofrenia son sus causas multigenéticas por no hablar de los diferentes factores ambientales y de desarrollo que la provocan. Hay demasiadas incógnitas aún que se van a tardar tiempo en averiguar.
Sin embargo, la enfermedad mental afecta a un número muy importante de la población con el coste sanitario que supone y sin embargo los esfuerzos en el desarrollo de nuevos medicamentos no han sido equiparables. La base de conocimientos y las herramientas para aumentar las terapias están empezando a despuntar en la actualidad y la secuenciación de genes será clave en traer avances en la terapias psiquiátricas de esta enfermedad.