Un estudio de Eduardo J. Aguilar, psiquiatra del Hospital Clínico Universitario de Valencia y miembro del grupo 23 del Centro de Investigación en Red de Salud Mental (Cibersam) e Instituto de Investigación Sanitaria del Clínico de Valencia (Incliva), ha demostrado que una terapia cognitivo-conductual específica es capaz de normalizar los patrones alterados de activación cerebral en pacientes psicóticos con alucinaciones auditivas persistentes. Estos efectos positivos son estables en el tiempo y permiten postular la disponibilidad de marcadores biológicos de neuroimagen para el empleo de la psicoterapia en pacientes con esquizofrenia y alucinaciones auditivas, según se desprende del estudio galardonado por la Real Academia de Medicina de la Comunidad Valenciana.
Según ha explicado Aguilar, el estudio de investigación premiado profundiza «en los mecanismos cerebrales involucrados en el efecto de la psicoterapia, en este caso en pacientes psicóticos con alucinaciones auditivas persistentes» y el punto de partida fue «evidenciar unos patrones de activación anómalos en RM funcional a través de un paradigma auditivo emocional diseñado para reproducir las voces que oyen frecuentemente los pacientes con esquizofrenia y alucinaciones auditivas» de ese tipo.
En el estudio se incluyó un grupo de 55 sujetos distribuidos en tres grupos: «Un grupo experimental de pacientes con esquizofrenia y alucinaciones auditivas persistentes a los que se les trató con su tratamiento habitual más 16-20 sesiones de terapia cognitivo-conductual localizada en sus voces; un grupo de pacientes controles que mantuvieron su tratamiento habitual y un segundo grupo control de sujetos sanos». El objetivo era «asumiendo que están ahí, confrontar esas voces con la realidad a través de un razonamiento lógico e información entre terapeuta y paciente«, lo cual puede mejorar su manejo y la respuesta emocional a las mismas. Así, si el paciente tiene la alucinación de «una voz que le está diciendo que hay un satélite sobre Valencia, trabajarías con ellos diciendo ‘vamos a ir a google a ver cuántas noticias hay sobre el tema o comprobar si tu familia está preocupada'». El investigador ha destacado la importancia de normalizar la situación, ya que «hasta un 15-20% de las personas en algún momento de sus vidas han podido tener una alucinación de ese tipo».
Se realizaron las valoraciones clínicas y las RM en la situación basal, después de 6-9 meses (post-terapia) y 6 meses después de finalizada la terapia para comprobar la duración de los efectos. Según ha comentado Aguilar, «se obtuvo una disminución de la hiperactivación en regiones frontales y límbicas, acercando el patrón de activación de estos pacientes al de un sujeto sano en presencia del paradigma auditivo emocional». Además, destacó el patrón de normalización en ambas amígdalas y otras regiones cerebrales claves en la fisiopatología de las alucinaciones auditivas, en las evaluaciones tras la terapia y en la de seguimiento En relación a las implicaciones del estudio, el investigador ha apuntado: «Se trata de un estudio que profundiza en los mecanismos biológicos que subyacen al efecto de la psicoterapia en el cerebro, en este caso de pacientes con esquizofrenia. No solo permite avanzar en el conocimiento de las bases fisiopatológicas de las voces que sufren estos pacientes y cómo se pueden tratar, sino que permite postular la presencia de un biomarcador de neuroimagen para la implementación de la psicoterapia en estos pacientes».
El Grupo 23 de Cibersam y el Incliva está profundizando en las bases fisiopatológicas de las alucinaciones auditivas en los ámbitos clínico, neurofisiológico, genético y de neuroimagen de una forma integral. Específicamente, ha apuntado Aguilar, «este trabajo abre la puerta a nuevos trabajos que profundicen en el valor predictivo de nuestro paradigma para la indicación de Terapia Cognitivo Conductual en estos pacientes». Asimismo, es preciso explorar la generalización de estos resultados «en pacientes con esquizofrenia y alucinaciones auditivas episódicas».