Respecto a las recaídas, los expertos reunidos han concluido que actualmente no existen modelos predictivos que permitan pronosticarlas de manera individual pero, aún así, el doctor Sánchez ha subrayado que «se conocen algunos factores que pueden prever recaídas como son el consumo comórbido de drogas o factores de estrés ambiental, ligados a disfunciones en las relaciones interpersonales del paciente con las personas de su entorno familiar y social más estrecho». «La precocidad en el control de la recaída es clave, así como la elección de un antipsicótico eficaz para la rápida remisión de los síntomas agudos de la esquizofrenia», ha añadido Sánchez. Desde el sistema sanitario se está trabajando en mejorar la adherencia terapéutica con programas psicoeducativos, y también en disminuir el consumo de sustancias que agravan el pronóstico. De hecho, «el consumo de drogas y la falta de adherencia van muchas veces de la mano», tal y como ha señalado la psiquiatra del Hospital Santiago Apóstol de Vitoria, la doctora Ana González-Pinto.
También han considerado que el abordaje temprano y continuado en las fases tempranas de la enfermedad es clave. El psiquiatra del Hospital Ramón y Cajal, Miguel Vega, ha señalado que «tras un primer episodio de esquizofrenia prácticamente todos los pacientes se recuperan pero tras un segundo brote, uno de cada seis pacientes no va a alcanzar el grado de recuperación y rendimiento previo. A mayor número de recaídas, peor pronóstico global en la evolución de la enfermedad», ha afirmado. «El cumplimiento y la adherencia al tratamiento minimizan el riesgo de recaídas, contribuye a mejorar la integración, minimizando el estigma y permitiendo una mayor normalización del paciente», ha explicado el doctor Vega.