(Entrevista con uno de los autores del estudio Robert Heinssen -en inglés-).
Un estudio financiado por el gobierno estadounidense ha concluido que los tratamientos integrales y multidisciplinarios que incluyen psicoterapia son mucho más efectivos contra la esquizofrenia que aquellos que únicamente utilizan medicación antipsicótica para frenar la enfermedad. El informe, publicado la pasada semana en la revista American Journal of Psychiatry, abre un debate en el país norteamericano sobre la necesidad de reforzar el papel de la psicoterapia en el tratamiento de las enfermedades mentales.
El estudio también concluyó que es básica la intervención temprana después del primer brote psicótico de un paciente y que se correlaciona con un mayor éxito en la gestión de la enfermedad. Al mismo tiempo los autores aseguran que los tratamientos más personalizados con un reforzamiento de la terapia permitiría una reducción en la dosis de los antipsicóticos que podría beneficiar a la población más joven en pleno proceso de formación académica.
El estudio duró cinco años y fue dirigido por John Kane, presidente del departamento de psiquiatría de la Escuela de Medicina Hofstra North Shore-LIJ e involucró a pacientes de 34 centros de salud mental. El programa de investigación del Instituto de Salud Mental de los Estados Unidos denominado RAISE (Recovery After an Initial Schizophrenia Episode – Recuperación después de un primer episodio de Esquizofrenia- trabajó con jóvenes a los que se les proporcionó más allá del tratamiento farmacológico, diversos servicios de apoyo y psicoterapia. «Las personas que participaron en el grupo experimental tuvieron un mejor desarrollo que las personas del grupo de control a lo largo de un período de 24 meses», dijo el Dr. Robert K. Heinssen, uno de los autores del estudio.
Los pacientes que fueron tratados con el nuevo enfoque integral «se mantuvieron más tiempo en tratamiento, y experimentaron una mayor mejoría en sus síntomas, las relaciones interpersonales, la calidad de vida y la participación en el trabajo y la escuela», en comparación con los que recibieron el tratamiento habitual. En 2014, el Congreso de Estados Unidos asignó 25 millones de dólares en subvenciones estatales para las estas iniciativas de intervención temprana en la esquizofrenia con énfasis en un tratamiento integral en que haya un balance entre la terapia y los medicamentos.