Estimular ligeramente el cerebro con electricidad puede mejorar la memoria a corto plazo en las personas con esquizofrenia, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. El procedimiento, conocido como estimulación transcraneal de corriente directa , consiste en colocar electrodos cubiertos por una esponja en la cabeza y pasar una corriente eléctrica débil. Está considerado ampliamente como seguro, y el procedimiento está siendo estudiado como un tratamiento para la depresión y la pérdida de memoria relacionada con el Alzheimer, además de para la recuperación después de los accidentes cerebrovasculares.
David Schretlen, Ph.D., profesor de psiquiatría y ciencias conductuales de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, asegura que este tipo de estimulación cerebral podría aliviar algunas de las dificultades cognitivas que afectan a las personas con esquizofrenia. «El deterioro cognitivo es tan importante como las alucinaciones en la esquizofrenia, sin embargo, los medicamentos sólo tratan las alucinaciones. Así que incluso con la medicación, los individuos afectados a menudo siguen estando discapacitados», dice Schretlen. Su esperanza es que la estimulación transcraneal de corriente directa podría dar a las personas con esquizofrenia una oportunidad de llevar una vida más normal.
Para probar esta posibilidad, Schretlen y cinco colegas de la Johns Hopkins han realizado pruebas sobre una región del cerebro llamada corteza prefrontal dorsolateral izquierda, que desempeña un papel importante en la memoria a corto plazo y en la memoria de trabajo y que presenta alteraciones en las personas con esquizofrenia. Curiosamente, los padres, hermanos e hijos de estos pacientes con esquizofrenia también muestran algunas de las mismas anomalías en un menor grado.
Schretlen reclutó 11 participantes: cinco adultos con esquizofrenia y seis de sus familiares cercanos. Cada participante recibió dos tratamientos: uno de 30 minutos utilizando una carga eléctrica negativa, que los investigadores pensaron que podría resultar beneficiosa y la otra utilizando una carga positiva como control. Durante y después de cada tratamiento, los participantes completaron una batería de pruebas cognitivas. En las pruebas verbales y visuales la memoria de trabajo mejoró significativamente después de recibir una carga negativa, y los efectos eran sorprendentemente fuertes según los investigadores. La estimulación también se asoció a un mejor rendimiento en la memoria de trabajo y se observaron cambios sutiles en recordar palabras, otro de los déficits que se observan en estos pacientes y que les impide tener una fluidez verbal como el resto de la población.
Schretlen ahora está estudiando la estimulación transcraneal de corriente directa en una muestra mayor de pacientes que utilizan sesiones repetidas de estimulación y espera que se produzcan beneficios duraderos. «Lo bueno de estimulación transcraneal de corriente directa es que es benigno. No hay efectos secundarios negativos», dice Schretlen. «Si se permite que las personas con esquizofrenia piensen con mayor claridad, realizaríamos una gran contribución al tratamiento de esta devastadora enfermedad».