Si hace unas semanas científicos de la Universidad de Cardiff de (Reino Unido) proporcionaron la evidencia más fuerte hasta ahora de cuáles puede ser las causas de la esquizofrenia, en esta ocasión un han identificado una función crítica de lo que ellos creen que es el gen clave de la esquizofrenia o ‘piedra Rosetta’ que podría ser esencial para descodificar la función de todos los genes implicados en esta enfermedad psiquiátrica.
La información, publicada en «Science», revela que existe un período vulnerable en las primeras etapas del desarrollo del cerebro que los investigadores esperan pueda ser objeto de futuros esfuerzos para revertir la esquizofrenia. Los autores añade además que han descubierto la influencia de un gen previamente desconocido para lograr el desarrollo saludable del cerebro. Estudios previos ya habían mostrado que el gen DISC-1, cuando está mutado, es un factor de alto riesgo para las enfermedades mentales, como la esquizofrenia, la depresión mayor y el trastorno bipolar. En este nuevo trabajo, los investigadores han tratado de determinar si las interacciones de DISC-1 con otras proteínas, desde los inicios del desarrollo del cerebro, tenían relación con la capacidad del cerebro para adaptar su estructura y función en la edad adulta.
Se sabe que muchos de los genes responsables de la formación de proteínas sinápticas han están ligados con la esquizofrenia y otros trastornos cerebrales, pero hasta ahora no se habían comprendido las razones. Ahora, el grupo de Kevin Fox ha visto que para que haya un desarrollo saludable de las sinapsis del cerebro, el gen DISC-1 debe unirse primero con otras dos moléculas conocidas como ‘lis’ y ‘ Nudel ‘. Si esto no ocurre, al menos en ratones, se daña capacidad de formar pensamientos coherentes y percibir adecuadamente el mundo. «Creemos que el gen DISC-1 es la ‘piedra Rosetta’ de la esquizofrenia y podría tener la clave para ayudar a desbloquear nuestra comprensión del papel desempeñado por todos los genes implicados en la enfermedad», reconoce el profesor Fox.
En su opinión, el potencial de este gen es inmenso. «Hemos identificado un período crítico durante el desarrollo del cerebro que nos obliga a probar si otros genes de riesgo de la esquizofrenia afectan a diferentes regiones del cerebro y crean su mal funcionamiento durante este período crítico». El desafío, concluye, «consiste en encontrar una forma de tratar a las personas durante este período crítico o hallar maneras de revertir el problema durante la edad adulta mediante la devolución de la plasticidad del cerebro».