Closeup of brain MRI scan result
La esquizofrenia es un trastorno cerebral grave. Nadie sabe exactamente por qué algunas personas desarrollan esquizofrenia, pero se sabe que una combinación de factores biológicos y ambientales contribuye a la enfermedad. Sin embargo, ¿los mismos genes que influyen en el riesgo de desarrollar esquizofrenia también afectan las características biológicas del cerebro que podemos medir?
Un nuevo estudio, publicado en JAMA Psychiatry, ha demostrado que existe una asociación genética entre el riesgo de esquizofrenia y la superficie del cerebro. Los investigadores han evidenciado que un grupo de genes que contribuyen al riesgo de esquizofrenia también afectan el grosor y el tamaño de la superficie del cerebro.
Durante mucho tiempo, los investigadores han tratado de averiguar si existen los llamados biomarcadores para trastornos mentales como la esquizofrenia. Un biomarcador para la esquizofrenia significaría que podríamos determinar el riesgo de esquizofrenia de una persona en función de una o más características biológicas medibles. La importancia de este estudio reside en que el grosor y el tamaño de la superficie del cerebro pueden ser potencialmente tales biomarcadores.
Hoy en día, el diagnóstico de esquizofrenia se da en base a entrevistas y cuestionarios sistemáticos. Si, por otro lado, el diagnóstico se puede formular en base a un biomarcador, vinculado, por ejemplo, al cerebro o a los genes, entonces es más objetivo y menos exigente. Un biomarcador para la esquizofrenia también podría contribuir a una mejor prevención y tratamiento.