Durante mucho tiempo se relacionaba de forma causal el hecho de escuchar voces con tener esquizofrenia pero sin embargo se conoce que estas alucinaciones auditivas pueden estar relacionada con otro tipo de experiencias que no tienen nada que ver con los trastornos mentales. Más del 10% de las personas en algún momento de su existencia pueden escuchar voces ligadas a experiencias traumáticas como un duelo de un ser querido u otro tipos de experiencias espirituales o emocionales.
La mayor parte de informes referentes a este suceso se habían producido sobre personas que sí padecían esquizofrenia por lo que esta creencia errónea se ha extendido a lo largo del tiempo. Se había buscado conocer mejor este tipo de alucinaciones con estudios de con qué frecuencia aparecían, qué intensidad tenían y cuál era el contenido emocional de esos mensajes escuchados. Sin embargo, con este tipo de estudios no se solventaba otras cuestiones importantes.
Un equipo de científicos en Durham y Stanford, en Estados Unidos pidieron a la gente que había sufrido estos procesos alucinógenos, que describiera lo que sentían al escuchar voces. Diseñaron un cuestionario online que fue completado por 153 personas con una variedad de diagnósticos, incluyendo 26 casos que nunca habían tenido un diagnóstico psiquiátrico. Los resultados refuerzan que determinadas personas oyen diferentes tipo de voces, algunas de ellas con asociaciones con emociones negativas como el miedo, la ansiedad y la depresión… aunque algunas también escuchan voces positivas y de apoyo.
La mitad de los participantes en el estudio dijeron que las voces que escucharon eran indistinguibles de alguien en la habitación, pero un número similar informó escuchar voces internas, o una mezcla de los dos. Independientemente de si se trata de pensamientos o de percepciones, escuchar voces se aborda como un fenómeno de la mente y los resultados pueden ser sorprendentes: 101 personas, o dos tercios de los participantes en el estudio, reportaron cambios físicos cuando oyeron voces, como hormigueo, presión en la cabeza o sensación de calor en todo el cuerpo. Aún es necesario una mayor comprensión de estas alucinaciones pero la investigación tiene implicaciones para el manejo terapéutico y para el diseño de futuros estudios de audición de voz.