Acabar con la estigmatización será uno de los objetivos de la nueva Estrategia de Salud Mental que prepara el Ministerio de Sanidad para finales de este año. Ejemplos como el de la médico afectada por esquizofrenia que recientemente ha sido noticia por agredir con un cuchillo a varias personas dan cuenta, según los expertos, del rechazo y desinformación que existe actualmente hacia las personas que sufren patologías relacionadas con este área, al narrar estos hechos como si fueran algo habitual.
Parte de la culpa la tendrían los medios de comunicación y el tratamiento que se hace de los temas de salud mental, según denuncia la Asociación Española de Apoyo en Psicosis (Amafe). Critica, en concreto, el enfoque «sensacionalista y sesgado» que reflejaban algunas de las informaciones, «relegando a un segundo plano el respeto a la persona y vulnerando sus derechos fundamentales», facilitando datos de salud, lugar de vivienda u hospital de ingreso, incluso vídeos e informes médicos que son legalmente confidenciales.
Detrás del rechazo generado también subyace la vinculación que a menudo se establece entre episodios de violencia y delincuencia con un diagnóstico de patología mental. Los datos, no obstante, se encargan de desmentir dicha relación, puesto que la tasa de conductas violentas de pacientes esquizofrénicos tratados ambulatoriamente es la mitad en comparación con la población general, asevera Javier Conejo, psiquiatra y director médico en declaraciones a Redacción Médica. Por tanto, paradójicamente, «un paciente, bajo atención, tiene muchos menos riesgos y sin embargo nos alarma mucho más», explica.
De hecho existen más posibilidades de que «se agreda a sí mismo que a los demás», lo cual, es «mucho más relevante en este tipo de patologías», explica. El porcentaje de suicidio alcanza el 10 por ciento a lo largo de su vida, aumentando hasta el 20 y el 50 en los casos de intento. «Son personas muy vulnerables y calificarlas de agresivas está muy lejos de la realidad diaria». Ese estigma, además, afecta directamente en sus relaciones personales, a su recuperación, sus rutinas e incluso a su acceso en el mundo laboral. Así lo reflejan las cifras del informe ‘El empleo de las personas con discapacidad’, publicado en 2020 por el Instituto Nacional de Estadística, que afirma que las personas con trastorno mental tienen una tasa de empleo del 16,9 por ciento. El hecho de estar señaladas, puntualiza el psiquiatra, les dificulta poder alcanzar los logros de cualquier otra persona que no tiene dicha patología.
Desde Amafe van más allá y piden que se dejen de buscar culpables entre familiares, allegados y profesionales, «asumiendo nuestra responsabilidad como sociedad en la prevención y el apoyo a personas con diagnóstico en salud mental». La propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, instaba esta semana en el Congreso de los Diputados a normalizar situaciones que «nos pueden pasar a cualquiera».