Investigadores han identificado genes específicos relacionados con la ansiedad en pollos que también están asociados con la ansiedad en ratones y con la esquizofrenia o el trastorno bipolar en los seres humanos. Estos resultados demuestran el potencial de los pollos para servir como un poderoso modelo para la comprensión de la genética subyacente en el comportamiento humano. «Los estudios genéticos sobre el comportamiento humano a menudo se centran sólo en la susceptibilidad en sufrir un trastorno de salud mental. Pero ¿qué pasa con las diferencias más sutiles en el comportamiento? Por ejemplo, ¿qué hace que una persona sea un poco más ansiosa que otra? ¿Y qué hace a una persona un poco más audaz que otra?», se preguntaba el autor del estudio, Dominic Wright, de la Universidad de Linköping en Suecia. «Los modelos animales como el pollo nos permiten abordar cuestiones difíciles como éstas usando experimentos de reproducción controlados», asegura.
Los pollos son un buen modelo para la observación de la ansiedad ya que se pueden comparar la naturaleza ansiosa del gallo bankiva salvaje (gallus-gallus y Red junglefowl en inglés) con sus parientes domesticados White Leghorn que han sido criados desde hace miles de años provocando en la especie una disminución en el comportamiento de la ansiedad. Además, los genes de los pollos también se agrupan en bloques vinculados mucho más pequeños que los genomas de mamíferos, lo que permite a los investigadores identificar regiones del genoma asociadas a un rasgo concreto de la personalidad, como el comportamiento de ansiedad.
Para buscar genes que contribuían a la ansiedad, los investigadores cruzaron por primera vez gallos y gallinas de estas dos especies para crear una población de híbridos. A continuación, realizaron pruebas de estas especies a campo abierto en el que observaron su actividad en una zona bien iluminada que no habían visto antes. Mientras las gallinas más ansiosas se quedaron paralizadas por el miedo o recorrieron rápidamente la estancia con ansiedad, las aves menos ansiosas atravesaron toda la zona a un ritmo menos errático. Posteriormente los investigadores compararon el comportamiento de las aves con sus datos del genoma y se identificaron 15 regiones del genoma que contribuyeron a las variaciones en su conducta. El equipo estrechó la búsqueda mediante el examen de la actividad genética en el hipotálamo, una región del cerebro involucrada en la regulación de la ansiedad. Esto redujo la búsqueda a 10 genes candidatos para los cuales fueron correlacionados diferencias genéticas hereditarias con los comportamientos de ansiedad. De los 10 genes candidatos, 6 se saben que están implicados en el comportamiento o la función cerebral (por ejemplo, el gen ADAM10 se necesita para la formación del cerebro durante el desarrollo y para la protección contra las placas amiloides del cerebro que se forman en algunas enfermedades neurodegenerativas, y también influye en el aprendizaje y la memoria).
Luego, los investigadores probaron si estos genes también influyeron en el comportamiento de ansiedad en ratones y seres humanos. Cuatro de los genes identificados en los pollos también se asociaron con la ansiedad en los ratones, mientras que 3 se asociaron con la esquizofrenia o trastorno bipolar en grandes estudios genómicos humanos. Aunque las conductas de ansiedad no se midieron directamente en los seres humanos, los investigadores sostienen que estos otros trastornos pueden revelar vínculos con ansiedad. Un gran número de personas con trastorno bipolar también han sido diagnosticadas con trastornos de ansiedad, y también puede existir superposiciones complejas entre los comportamientos de ansiedad y esquizofrenia.
«Aunque todavía no podemos probar que estos genes tengan funciones equivalentes en los pollo y en los seres humanos, los datos sin duda plantean la intrigante posibilidad de que los genes que controlan variaciones en el comportamiento puedan conservarse notablemente entre una gran variedad de especies», dijo el Dr. Wright en un comunicado. «La comprensión de la genética subyacente a los resultados de pollo puede proporcionar conocimientos fundamentales sobre el comportamiento animal, incluyendo claro la variación del comportamiento normal en los seres humanos», concluye.