Un estudio, publicado en Molecular Psychiatry, sugiere que la esquizofrenia puede estar asociada con alteraciones en la vascularización de ciertas regiones del cerebro. Según los resultados de la investigación, encontraron un vínculo entre los astrocitos de pacientes con esquizofrenia y la formación de vasos sanguíneos estrechos, lo que apunta a nuevos objetivos terapéuticos y hace avanzar la comprensión de los científicos sobre los mecanismos moleculares detrás de la esquizofrenia.
La esquizofrenia es un trastorno de salud mental multifactorial grave que afecta a alrededor del 1% de la población mundial. Los síntomas comunes incluyen pérdida de contacto con la realidad (psicosis), alucinaciones, delirios, pérdida de motivación o deterioro cognitivo.
En el estudio, los investigadores se centraron en el papel de los astrocitos en el desarrollo de la enfermedad. Estas células gliales son importantes para la defensa del sistema nervioso central, los elementos centrales de las unidades neurovasculares que integran los circuitos neuronales con el flujo sanguíneo local y proporcionan apoyo metabólico a las neuronas.
Los investigadores observaron alteraciones inmunitarias asociadas a los astrocitos. En el caso de las células de pacientes con esquizofrenia, también encontraron diferencias en los niveles de citoquinas proinflamatorias y otras proteínas que indicaban acción angiogénica en vascularización cerebral.
La angiogénesis es el proceso fisiológico a través del cual se forman nuevos vasos sanguíneos a partir de vasos preexistentes. Es una parte normal del crecimiento y la curación, pero puede desempeñar un papel en la enfermedad.
Además de sus efectos sobre la vascularización, los astrocitos derivados de pacientes con esquizofrenia presentaban inflamación crónica. Se sabe que los astrocitos regulan la respuesta inmunitaria en el sistema nervioso central, por lo que es posible que promuevan una vascularización más inmadura o menos eficiente.
Concretamente, los investigadores encontraron que los astrocitos derivados de pacientes con esquizofrenia secretaron más interleucina-8 (IL-8) que los pacientes sanos. El IL-8 es proinflamatorio y se sospecha que es el principal agente de la disfunción vascular asociada con esta patología mental.
Según los autores, los hallazgos refuerzan el papel del neurodesarrollo en la esquizofrenia y muestran claramente que los astrocitos son importantes como mediadores.