Dos nuevos estudios publicados en Archives of General Psychiatry han tratado de resolver las preguntas persistentes acerca de cómo el cannabis puede afectar al desarrollo del cerebro pero aún se está lejos de saber hasta qué punto esta droga modifica los mecanismos cerebrales. En una primera investigación en la que se han comparado gemelos para ver qué diferencias había entre las personas que consumían marihuana y las que no, se ha detectado un volumen cerebral similar. Sin embargo, en un segundo estudio, se ha demostrado que los adolescentes varones que tenían un alto riesgo de sufrir esquizofrenia y que consumieron cannabis experimentaron cambios relevantes en el volumen cerebral.
«No sabemos lo suficiente sobre los efectos del cannabis en el cerebro, especialmente en el cerebro en desarrollo», dijo el doctor David Goldman del Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo en Rockville, Maryland.
Para el estudio de gemelos, los investigadores utilizaron datos de entrevistas con los participantes y de neuroimágenes recogidas entre 2012 y 2014 de 71 pares de gemelos adultos jóvenes o hermanos que nunca habían consumido cannabis, 81 pares que habían consumido cannabis en algún momento, y 89 parejas donde uno informó del consumo de cannabis y el otro no. En general, los que reportaron haber consumido cannabis tienden a tener menores volúmenes en ciertas áreas del cerebro, incluyendo la amígdala izquierda y estriado ventral derecha, en comparación con aquellos que no habían consumido cannabis, pero todos los datos estuvieron dentro del intervalo de variación que se considera normal. Estas diferencias parecen deberse a la variación genética o ambiental y no a a los efectos de la marihuana según aseguran los autores.
«En nuestro estudio, incluso aquellos que no consumieron nunca cannabis, tenían volúmenes de la amígdala más bajos si su hermano o hermana sí habían consumido, lo que sugiere que los factores ambientales que los hermanos comparten, contribuyen a la relación entre el consumo de cannabis y el volumen de la amígdala inferior, un área vinculada a las emociones» aseguró Arpana Agrawal, el autor principal de la Universidad de Washington en St. Louis.
En el segundo estudio, los investigadores estudiaron la relación entre el consumo de cannabis y la esquizofrenia en más de 1.500 adolescentes y adultos jóvenes en alto riesgo de sufrir la enfermedad. Más de la mitad de los participantes eran hombres. Todos estaban entre las edades de 12 y 21 y en todos ellos, se habían realizado pruebas genéticas para evaluar el riesgo de esquizofrenia. Los resultados evidenciaron que los participantes masculinos con un alto riesgo genético de sufrir esquizofrenia y que habían consumido marihuana antes de los 16 años, tenían menos espesor de las capas de la corteza cerebral que los que no habían consumido nunca.
Los investigadores no vieron ningún vínculo entre el uso de la marihuana y el volumen del cerebro en los hombres que tenían bajo riesgo de tener la enfermedad ni en las mujeres. Para algunos hombres con una predisposición a la esquizofrenia, sin embargo, el uso de cannabis puede alterar el desarrollo del cerebro. Los consumidores jóvenes de cannabis reaccionan de manera diferente unos que otros, ya sea por factores genéticos o por sus experiencias personales.