Los pacientes con esquizofrenia cuyos síntomas no responden a antipsicóticos habituales tienen mejores resultados si se les cambia a clozapina en vez de a otro antipsicótico habitual según un estudio publicado en la revista American Journal of Psychiatry. Tienen menos hospitalizaciones, permanecen más tiempo con la nueva medicación y tienen menos probabilidades de necesitar utilizar antipsicóticos adicionales. Los antipsicóticos son eficaces para aliviar los síntomas en la mayoría de los pacientes, pero hasta 30% no responden bien a los tratamientos habituales y se considera que tienen esquizofrenia resistente al tratamiento, denominada también esquizofrenia refractaria. Aunque los estudios han indicado que la clozapina es eficaz en estos casos, no se había estudiado con detalle la eficacia de la clozapina en el ejercicio clínico con anterioridad.
A menudo cuando una medicación antipsicótica habitual no funciona, los médicos cambian a otro antipsicótico habitual. La clozapina suele verse como un fármaco de último recurso, aunque es la única medicación aprobada por la FDA para la esquizofrenia resistente al tratamiento. El nuevo estudio fue realizado utilizando datos de Medicaid de 6246 pacientes cuyos patrones de tratamiento fueron congruentes con la resistencia al tratamiento. Es el estudio más extenso en el que directamente se compara la eficacia de clozapina con los antipsicóticos habituales en esta población en contextos clínicos habituales. Los resultados son alentadores y oportunos en virtud de que la FDA recientemente abrió el acceso a la clozapina.
En el pasado, el acceso era limitado, lo cual en parte se debía al riesgo de agranulocitosis, un trastorno que puede hacer que las personas sean susceptibles a infecciones. Se ha implementado un sistema durante 25 años para tratar satisfactoriamente los riesgos de agranulocitosis, utilizando la vigilancia constante de las cifras de leucocitos. Por consiguiente, los médicos expertos consideran que los límites al empleo de clozapina han sido demasiado restrictivos. Las nuevas reglas de la FDA exigen una vigilancia de la sangre con regularidad, pero permiten a los médicos tomar decisiones con base en las ventajas y los riesgos de los pacientes individuales, en vez de seguir rígidamente las normas universales.
«Estos resultados proporcionan a los médicos una guía importante con respecto a cómo ayudar a un grupo extremadamente vulnerable de personas», dijo el Dr. T. Scott Stroup, autor principal del estudio, y profesor de psiquiatría en el Centro Médico de la Universidad Columbia y un psiquiatra investigador en el New York State Psychiatric Institute. «Al ayudar a los individuos con esquizofrenia resistente al tratamiento a obtener un tratamiento eficaz más pronto podremos esperar mejores resultados».