Closeup of brain MRI scan result
La epilepsia es un trastorno cerebral que se diagnostica cuando una persona ha tenido dos o más convulsiones. Durante estas convulsiones la actividad del cerebro se altera llegando a provocar comportamientos inusuales o pérdidas de conciencia. Sus síntomas pueden ser muy variados. Algunas personas simplemente permanecen con la mirada fija por algunos segundos, mientras que otras mueven repetidamente los brazos o las piernas.
Es importante aclarar que tener una sola convulsión no significa que tengas epilepsia. Normalmente, es necesario que ocurran al menos dos convulsiones sin un desencadenante conocido (convulsiones no provocadas) con una diferencia de al menos 24 horas para tener un diagnóstico de epilepsia.
Normalmente, el tratamiento suele empezar con fármacos, sin embargo, durante décadas lamentablemente ha habido un grupo consistentemente grande de alrededor del 30% de todos los pacientes para quienes el tratamiento farmacológico no es suficientemente efectivo. Estos pacientes resistentes a los medicamentos esperan un promedio de 22 años antes de que se les ofrezcan más opciones de tratamiento técnico o quirúrgico.
Ahora, un nuevo marcapasos cerebral de riesgo minimizado ofrece una nueva opción de terapia tecnológica para las epilepsias focales. El marcapasos EASEE (siglas en inglés para Aplicación Epicraneal de Electrodos de Estimulación para la Epilepsia), es un sistema de estimulación cerebral individualizada, que se coloca anatómicamente con precisión sobre el origen epiléptico en el cerebro. Para colocarlo es necesario someterse a una cirugía.
En la operación el hueso craneal no se abre y el cerebro mismo permanece intacto. Los delgados electrodos EASEE se colocan debajo del cuero cabelludo y envían pulsos bioeléctricos al lugar del cerebro donde se originan los ataques epilépticos.
Los electrodos planos delgados no son visibles desde el exterior y garantizan una libertad de movimiento ilimitada para el paciente. Los pulsos terapéuticos se pueden adaptar individualmente a cada paciente, y las optimizaciones se pueden realizar regularmente a lo largo de la duración del tratamiento; los pacientes no sienten los estímulos. La eficacia del implante ha sido probada en dos estudios multicéntricos europeos.
Según los datos tras seis meses, se mostró una frecuencia reducida de convulsiones de al menos un 50% en 17 de 33 participantes. Después de seis meses de estimulación, cuatro pacientes estaban completamente libres de convulsiones.