Un equipo internacional de investigadores ha determinado, tras examinar a cerca de 7000 personas, que la salud cardiovascular en la etapa mediana de la vida influencia el riesgo de sufrir depresión. Tras monitorizarlas durante un máximo de 19 años, los científicos hallaron que la buena salud cardiovascular al inicio del estudio y la mejora de la misma durante un periodo de 7 años reduce un 13% el riesgo de depresión.
Los participantes con buena salud cardiovascular presentaban un índice de masa corporal menor de 30, eran no fumadores o ex-fumadores, practicaban deporte más de 1 hora por semana, con dieta que incluía 2 raciones de pescado por semana o una porción de frutas o verduras diaria y sin patologías metabólicas o hipertensión. Los resultados manifestaron la consistencia de múltiples análisis en los que fueron excluidos los individuos que posteriormente desarrollaron enfermedad coronaria, o sólo incluidos aquellos de los que se disponía de todos los datos de seguimiento de la depresión, entre otros.
El estudio muestra que la depresión mayor es una patología común entre la población de edad avanzada, con una prevalencia estimada de hasta el 15% y una asociación con mayor mortalidad. Dado que las medicaciones antidepresivas son poco eficaces en este sector de la población, es necesario identificar potenciales factores preventivos.