Según un informe más de un 61% de las mujeres en edad fértil toman algún tipo de anticonceptivos. Los anticonceptivos orales siguen siendo la forma más común. Los comprimidos orales combinados suelen contener estrógeno y progestina, formas sintéticas de la progesterona o bien la progesterona en sí. Estos anticonceptivos impiden la ovulación y dificultando que el esperma alcance el ovocito. Los comprimidos solo con progestina tan solo dificultan que el esperma llegue al ovulo pero no siempre impide la ovulación. Este estudio danés publicado en JAMA Psychiatry apunta un mayor riesgo de precisar medicación antidepresiva por primera vez, así como de un primer diagnóstico de depresión, entre las mujeres que consumen anticonceptivos, especialmente las adolescentes.
El autor del informe, Oeving Lidegaard, profesor de la Universidad de Copenhague, y su equipo, observaron en estudios previos que el cambio en estrógeno y progesterona podría afectar en la depresión. “El objetivo de este estudio es evaluar la influencia de tipos concretos de anticonceptivos hormonales en el riesgo de antidepresivos por primera vez”, añade el autor. El estudio incluyó a más de 1 millones de mujeres entre 15 y 34 años cuyos datos aparecían en el registro de prescripción nacional danés que fueron seguidas durante una media de 6,4 años. Un 55,5% de las participantes tomaban anticonceptivos orales y 23 077 fueron diagnosticadas con depresión mientras que 133 178 recibieron prescripciones de antidepresivos. Comparadas con las no consumidoras, las que tomaban ACO combinados presentaron 1,23 veces más riesgo de precisar antidepresivos por primera vez y 2,2 veces mayor si eran adolescentes. La mayor diferencia fue en adolescentes que usaban anticonceptivos no orales con un riesgo 3,3 veces mayor.