Researcher looking at monitor analysing brain scan while coworker discussing with patient in background about side effects, mind functions, nervous system, tomography scan working in laboratory
La estimulación cerebral profunda (ECP) en la rama superolateral del haz medial del cerebro anterior (MFB) podría ser una terapia potencialmente sólida para la depresión resistente al tratamiento, según investigadores de UTHealth Houston (Estados Unidos).
En concreto, esta área, vinculada a la recompensa y la motivación, ha revelado cambios cerebrales metabólicos durante los 12 meses posteriores a la implantación de la ECP. Los resultados del estudio, publicado en ‘Molecular Psychiatry’, muestras que han conseguido alterar el funcionamiento del cerebro a largo plazo. Según los investigadores, están empezando a cambiar la forma en que el cerebro empieza a organizarse y empieza a procesar la información y los datos.
Durante años, la ECP se ha utilizado para tratar a pacientes que sufren trastornos del movimiento como la enfermedad de Parkinson, temblores y distonía, y se ha estudiado como posible tratamiento para pacientes con depresión resistente al tratamiento. En la ECP, se implantan electrodos en determinadas zonas del cerebro, donde generan impulsos eléctricos para afectar a la actividad cerebral. Sin embargo, encontrar qué parte del cerebro necesita ser atacada para tratar la depresión a largo plazo ha sido un desafío.
Los autores del estudio, se centraron en un haz de fibras que sale de esta pequeña zona del tronco cerebral y se dirige a otras zonas del cerebro. Los escáneres PET indicaron que esta pequeña zona objetivo tiene efectos descendentes muy difusos. No se trata de un solo efecto porque no hay una sola zona del cerebro relacionada con la depresión. Hay que cambiar todo el cerebro y a través de esta pequeña diana.
Los investigadores realizaron un escáner PET inicial antes del procedimiento DBS en los 10 pacientes del estudio para obtener una imagen de referencia. Realizaron exploraciones PET adicionales a los seis y 12 meses para evaluar los cambios después del tratamiento. Las exploraciones de 8 de los 10 pacientes mostraron una respuesta al tratamiento, lo que significa que su depresión disminuye potencialmente al menos en un 50% y los pacientes refirieron que se sienten mucho mejor.