Teen girl bullied through social media
Recientemente se han publicado los datos del último informe «Pasos de la Fundación Gasol», que ha estudiado una muestra representativa de la población de 8 a 16 años de centros educativos de las 17 Comunidades Autónomas. Según los resultados que arroja este estudio, el 32,2% de la población infantil y adolescente dice sentirse “preocupado/a, triste o infeliz”, lo que representa un incremento del 13% en tan sólo tres años, antes de la pandemia de Covid-19.
Y es que el problema de la salud mental en la población infanto-juvenil está en auge en los últimos años. Se estima que un 2% de la población infantil puede estar afectado por un cuadro depresivo, aunque, en la adolescencia, la prevalencia aumenta hasta el 5%.
En los niños y adolescentes, la depresión tiene un gran impacto tanto en el crecimiento y el desarrollo personal, como en el rendimiento escolar o las relaciones familiares e interpersonales. Se trata de un problema de salud grave que se caracteriza fundamentalmente por un sentimiento de tristeza constante y pérdida de interés en realizar diferentes actividades.
La pandemia ha agravado la situación
Según un estudio del Grupo de Trabajo Multidisciplinar sobre Salud Mental en la Infancia y Adolescencia, en los últimos años y, en especial, desde la pandemia por COVID-19 en el año 2020, la salud mental de la población infanto-juvenil en España se ha deteriorado. Concretamente, se ha detectado un aumento de hasta el 47% en los trastornos de salud mental de los menores y hasta un 59% en los comportamientos suicidas. Se estima que los trastornos de ansiedad o depresivos casi se han cuadruplicado (del 1,1% al 4%) entre esta población desde 2019.
El aislamiento, el consumo excesivo de pantallas, el miedo, la pérdida de contacto con el igual o el hecho de perder a seres queridos hizo mella entre los más jóvenes, convirtiéndose actualmente en un problema de salud pública.
Existe evidencia asociada a las redes sociales, a cómo la permanente comparación en la que están los jóvenes con otros, en cuanto a su vida y su cuerpo, agrega problemas de ánimo y ansiedad. Algunos estudios han demostrado que existe una relación entre el mal uso de las redes sociales y la aparición de la depresión en jóvenes o la tendencia a tener una baja autoestima.
A todo ello, se suma el problema de la estigmatización, que puede tener consecuencias negativas para aquellas personas que tienen conductas suicidas, ya que puede disuadirlas de buscar ayuda.
¿Cuáles son los síntomas de alerta?
La depresión puede presentar síntomas muy variables, pero existen algunos factores que determinan que la mente del adolescente no está viviendo simplemente un estado de ánimo como la tristeza, sino un trastorno depresivo:
Si se encuentran con este tipo de síntomas, se debe no caer en error de minimizar el problema y buscar ayuda por parte de un médico especialista. Normalmente, el tratamiento de la depresión en niños y adolescentes requiere la combinación de psicoterapia y medicación, además del apoyo a los familiares.
*En España, el Ministerio de Sanidad ha puesto en marcha el 024, un número al que pueden llamar personas con pensamientos, ideaciones o riesgo de conducta suicida, así como sus familiares y allegados.