Sleepy woman reaching holding the alarm clock in the morning with late wake up - every day life at home concept
Con el cambio de horario de verano han vuelto a ponerse sobre la mesa varios estudios realizados en las últimas décadas en los que se informa de los problemas de salud que llega a generar este cambio de hora. La Sociedad Española de Sueño (SES) considera que el horario de invierno facilita tener más horas de sueño y un despertar más natural al coincidir con el amanecer, mientras que el horario de verano puede llegar a generar alteraciones neurológicas y cardiológicas.
Si bien el cambio de hora no supone efectos peligrosos para la población, sí que puede llegar a generar notables alteraciones del sueño y a los distintos ritmos de vida. Debido a ello, muchas personas pueden llegar a tardar días para lograr acostumbrarse a su nuevo horario. Una de las consecuencias que puede generar el cambio de horario es la alteración del sueño. El cambio de hora genera una desincronización del reloj interno por la oscuridad de la mañana y la luminosidad de la noche. Esto provoca que las personas tiendan a acostarse y despertarse más tarde.
Esta situación puede provocar que algunas personas experimenten insomnio y dificultad para conciliar el sueño.
A nivel cardiovascular, y tal y como defiende la Asociación Americana del Corazón, diferentes estudios científicos afirman que existe un aumento en la incidencia de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y un aumento en la probabilidad de sufrir depresión durante la transición horaria.