Uno de los aspectos que más nos preocupa tanto a los profesionales como a los propios familiares de los pacientes y también a los pacientes, es el tema del suicidio. La pregunta más concreta sería: ¿es posible prevenir el suicidio? Pues mi respuesta en el momento actual sería sí. Podemos hacer esfuerzos que ayuden a disminuir esta causa de mortalidad tan importante en nuestra rama del ejercicio de la medicina. Concretamente, las últimas estadísticas de las que disponemos a nivel español, ponen de manifiesto que incluso la tasa de suicidios es superior al número de muertos por accidente de tráfico en España. Evidentemente es algo que por todos los medios debemos evitar.
¿Qué podemos hacer? Podemos hacer varias cosas. Una de ellas, sería detectar de la forma más rápida posible a personas que tienen riesgo de posible suicidio. ¿Y cuales son estas personas? Pues uno de los mejores marcadores que tenemos en el momento actual, es haber realizado alguna tentativa suicida previa. Ojo, nunca los profesionales debemos minimizar el hecho de que un paciente haya realizado algún comportamiento suicida no fatal. Eso es algo que deberíamos tener siempre presente en nuestra mente.
Por otra parte, existen otra serie de factores sociodemográficos que no podemos modificar lógicamente pero si tenemos que tener presentes. Por ejemplo, el sexo. Sabemos que el suicidio consumado es más frecuente en los varones. Por ejemplo, la edad. Sabemos que el suicidio consumado es más frecuente en las épocas más tardías de la vida. Concretamente y sobretodo en los varones, se dispara a partir de los 55 años. Otras situaciones que son de gran interés es el tema de los trastornos mentales. El hecho de tener un trastorno mental genera un mayor riesgo que el que podría tener la población general. Aproximadamente, el 90% de las personas que acaban suicidándose tiene el diagnóstico de un trastorno mental.
¿Los trastornos mentales tienen todos el mismo peso o todos tienen todos la misma posibilidad de que acabe la persona teniendo un mayor riesgo de suicidio? La respuesta es no. El mayor riesgo sería para la depresión propia del trastorno bipolar. En segundo lugar hablaríamos de la depresión unipolar, los trastornos relacionados con el alcoholismo y el consumo de sustancias y la esquizofrenia, serían digamos, quizá los trastornos mentales que han demostrado tener un mayor riesgo.
¿Qué tenemos que hacer nosotros ahí? Hacer tratamientos y seguimientos intensos de nuestros pacientes. ¡Ojo! Nuestra misión es tratar, tratar y tratar. Y aparte, tener presente una cosa: el riesgo de suicidio no es algo estático, no es algo que no fluctúe y lo que tenemos que hacer es, en primer lugar, evaluar en cada una de nuestras visitas el riesgo de nuestros pacientes en ese momento. Y constatarlo en la historia clínica. Porque entre otras cosas, podemos tener un seguimiento mucho más detallado de nuestros pacientes y aparte, en un momento determinado, si tenemos que responder si hemos hecho una buena praxis, tendremos un documento escrito de que sí que la hemos hecho.
Por otra parte, también es fundamental las campañas de concienciación a la población general. Ojo, muchas veces los propios familiares, personas del entorno laboral, personas que más o menos tienen contacto con grandes grupos poblacionales. Estoy hablando por ejemplo de profesores a nivel de enseñanza primaria y secundaria, estoy hablando de fuerzas del orden, estoy hablando incluso de personas que tienen negocios públicos, estos pueden en un momento determinado constatar cambios sutiles en el comportamiento de una persona que puede estar en riesgo y evidentemente, no les podemos pedir que ellos lo traten, pero al menos si que den el punto de aviso y la persona sea derivada a un lugar donde se la va a tratar oportunamente.
Y otro pilar fundamental, son las campañas de mejora de manejo por parte de los médicos de atención primaria. Evidentemente todos nosotros sabemos que la puerta de entrada a los servicios de salud en el sistema sanitario español, son los médicos de atención primaria. Tenemos que acostumbrar a que se haga un despistaje del riesgo de suicidio. Antes he comentado que un 90% de riesgo podemos conferirlo o añadirlo a los trastornos mentales. Pero ojo, enfermedades físicas muy graves, muy crónicas, muy invalidantes o que generan mucho dolor, también se acompañan de un importante riesgo de suicidio. Y esas, evidentemente, no nos van a llevar a los especialistas en psiquiatría a no ser que alguien detecte primero el riesgo. Por tanto, una labor a nivel multidisciplinar y si esta labor se acompañara con campañas generales, estatales, dirigidas a los grupos de edad específicos, podríamos y yo creo que eso es una cuestión de esperanza para el futuro, mejorar y disminuir lógicamente, las tasas de suicidio en España.