Un estudio, publicado en Biological Psychiatry, a largo plazo que involucró cientos de escáneres cerebrales encuentra cambios en la amígdala relacionados con el desarrollo de ansiedad en niños autistas. El estudio realizado por investigadores del Instituto MIND también proporciona evidencia de distintos tipos de ansiedad específicos del autismo.
La amígdala es una pequeña estructura en forma de almendra en el cerebro y desempeña un papel clave en el procesamiento de las emociones, particularmente el miedo, y los estudios lo han relacionado tanto con el autismo como con la ansiedad.
La tasa de ansiedad es del 69% en niños autistas y del 8 % en niños no autistas. Hasta ahora, nadie había observado el desarrollo de la amígdala a lo largo del tiempo en individuos autistas, en relación con diferentes formas de ansiedad.
Los resultados de dicho estudio mostraron que casi la mitad de los niños autistas tenían ansiedad tradicional o ansiedad propia del autismo, o ambas. Los niños autistas con ansiedad tradicional tenían volúmenes de amígdala significativamente mayores en comparación con los niños no autistas. En el caso de los niños autistas con ansiedades propias del autismo tenían volúmenes de amígdala significativamente más pequeños.
Este estudio en particular es rastrea la trayectoria del desarrollo de la amígdala desde los 2 años hasta los 12 años para ver si hay predictores tempranos de estos diferentes tipos de ansiedad y si existen patrones distintos.