Un nuevo estudio muestra que las personas con trastorno de ansiedad generalizada vinculan inconscientemente cosas inofensivas como amenazas, lo que puede promueve su ansiedad. Estos hallazgos fueron publicados la semana pasada en la revista Current Biology. Los psicólogos reconocen varias formas de ansiedad clínica. El más común es el trastorno generalizado de ansiedad, o trastorno de ansiedad, en la que los pacientes se sienten muy preocupados o ansiosos, incluso cuando no tienen nada de qué preocuparse. Algunos estudios han sugerido que los trastornos de ansiedad pueden ser el resultado de un proceso llamado sobregeneralización.
En la generalización excesiva o sobregeneralización, el cerebro agrupa las cosas, tanto las seguras como las no seguras juntas y las etiqueta todas como inseguras. Nuestro cerebro, naturalmente, presta más atención a la información negativa o amenazante en nuestros ambientes. Si las personas ansiosas perciben más amenazas en el mundo que les rodea, tiene mayores motivos para estar preocupados. En este experimento estos investigadores lograron vincular esta sobregeneralización a las personas con ansiedad, y al mismo tiempo también realizaron escáneres cerebrales en que encontraron notables diferencias entre los cerebros ansiosos y los no ansiosos. Las personas con este trastorno mostraron una mayor activación en varias partes del cerebro, incluyendo la amígdala, una región asociada al miedo y la preocupación.
«Se demuestra que en pacientes con ansiedad, la experiencia emocional induce la plasticidad en los circuitos del cerebro que dura incluso después de que la experiencia haya terminado», asegura Rony Paz, coautor principal del estudio.»Estos cambios provocan una incapacidad para discriminar entre el estímulo experimentado originalmente y un nuevo estímulo similar. Por lo tanto, los pacientes con ansiedad responden emocionalmente a tales nuevos estímulos, generando ansiedad incluso en situaciones nuevas, aparentemente irrelevantes». El experto recalca que en circunstancias peligrosas, la hiper-vigilancia asociada con la ansiedad puede ser algo positivo. El problema es que la mayoría de las circunstancias no son peligrosas. “Los rasgos de la ansiedad pueden ser completamente normales, e incluso beneficiosos evolutivamente”, explica, “pero un evento emocional, aunque sea menor, puede inducir cambios en el cerebro, que pueden llevar a una ansiedad en estado avanzado que deja de ser positiva», concluye.