La ansiedad es una afección más común de lo que se piensa, por lo que se le debería prestar más atención. Eso es lo que concluye un estudio recién publicado por la Universidad de Cambridge, en Reino Unido. De acuerdo a los investigadores que lo llevaron a cabo, los principales afectados son los menores de 35 años, las mujeres y aquellos con otros problemas de salud. Esto es, cuatro de cada 100 personas sufre de ansiedad, aseguran. Y señalan que, pese a ello, los profesionales no le dan la prioridad que le otorgan a otras afecciones mentales.
Una de las razones por las que no se la toma tan en serio es porque con frecuencia se confunde con ataques de pánico. El miedo y la ansiedad son parte de la vida. Uno se puedes sentir ansioso antes de presentarse a un examen o al caminar por una calle oscura. Este tipo de ansiedad es útil ya que puede permitirle estar más alerta o ser más cuidadoso. Esa sensación sin embargo suele terminar poco tiempo después de salir de la situación que la provocó. Pero para millones de personas la ansiedad no desaparece y empeora con el tiempo. Pueden sentir dolores en el pecho y tener pesadillas. Hasta pueden tener miedo de salir de sus casas. Estas personas tienen trastornos de ansiedad.
Pero los trastornos de ansiedad no son lo mismo que los ataques de pánico, son dos fenómenos distintos que no siempre son fáciles de distinguir. Los ataques de pánico ocurren cuando el sistema nervioso se siente bajo amenaza o en peligro. Puedes llegar a sentir que estás al borde del colapso, con las palpitaciones aceleradas y que te falta el aliento. Y la sensación puede durar minutos, incluso horas. Pero la ansiedad no es momentánea. Persiste.