El estado de ánimo es algo fluctuante e inestable, generalmente cuando aparecen más preocupaciones de lo habitual y la persona se siente incapaz de deshacerse de esos molestos pensamientos que se repiten una y otra vez, impidiendo vivir el presente. Las emociones se generan con los pensamientos. Si se logra controlar y manejar los pensamientos internos, se puede dominar el estrés, los miedos y por ende, la ansiedad.
Se llama ansiedad generalizada a la incapacidad de vivir el ahora debido a preocupaciones constantes sobre hechos que están por llegar o que simplemente se temen que lleguen. Gran parte del sufrimiento humano, es totalmente innecesario. Procede de las falsas conclusiones que se hacen sobre los acontecimientos cotidianos. Estas interpretaciones erróneas son las que crean la ansiedad, la tristeza o el estrés. Se trata pues de una anticipación constante e involuntaria ante daños futuros que acaba desarrollando un estado de alerta con síntomas característicos que derivan de esta situación. Está estrechamente relacionada con sentimientos como el miedo, el pánico o la tristeza, manifestándose de dos formas:
- Síntomas físicos: sudores, temblores, dolor de cabeza, tensión muscular, taquicardias, nauseas…etc.
- Síntomas psicológicos: preocupación, sensación de agobio, falta de concentración, irritabilidad, miedo generalizado a perder el control…etc.
Depende del grado de ansiedad que se presente y de lo que éste interfiera en las actividades cotidianas, se puede actuar de una manera u otra. Aunque la recomendación principal es consultar con un profesional, existen unas pautas que con el tiempo ayudan a calmar la ansiedad.
- En primer lugar, se debe interiorizar que la preocupación por eventos del futuro no es algo objetivo, nada que se sepa con certeza, y que si realmente esos hechos sucedieran, de poco habrá servido perder tiempo del presente pensando en la situación en sí. Lo que tenga que pasar pasará de igual manera se haya preocupado 10 minutos la persona que días enteros, es un hecho.
- En segundo lugar, es muy útil practicar técnicas como las de meditación basadas en el «ahora». El mindfulness es una técnica muy utilizada en terapia y que con unos resultados de éxito prometedores. Informarse sobre ello, ver vídeos de meditación guiada e intentar aprovechar para desconectar ayudará a calmar la ansiedad
- Olvidarse de problemas enfocados al futuro y que ni siquiera se sabe con certeza si van a llegar, teniendo presente además que la mayoría de las veces que nos preocupamos por la forma en la que se va a desencadenar una situación se da por hecho que va a presentar más gravedad de la que realmente presenta, e incluso a veces ni siquiera se da la situación en sí. De nada sirve vivir anclados al pasado, como sucede con la depresión, ni vivir preocupados por el futuro, como efectivamente se da en la ansiedad, ya que de esta manera no vivirás nunca el momento, que por sencillo que suene es lo único que objetivamente existe.
- En estados de emoción intensa, es difícil, determinar lo que nos provoca el conflicto. Si se tiene mucho estrés o ansiedad en ese momento, se puedes probar en tratar de relajarse respirando profundamente y exhalando el aire. Ese estado es pasajero y en breve las personas se sienten mejor pero lo primero es calmarse.