Numerosos estudios coinciden en apuntar que el consumo de café reduce las posibilidades de padecer alzheimer debido al efecto que la cafeína tiene en dos proteínas del cerebro que provocan el envejecimiento de este órgano. Aunque se desconocen exactamente las causas de esta relación para poder desarrollar fármacos eficaces en el futuro, sí está demostrado que la cafeína evita el proceso de generación de placas beta-amiloides que dificultan la comunicación entre las neuronas y por tanto la degeneración y muerte de las células que reciben y almacenan información.
La pérdida de memoria provocada por estas placas podría llegar a reducirse si se hallasen las moléculas que inhiban la producción de beta-amiloides para generar nuevos fármacos y la cafeína podría ser la respuesta a la esta búsqueda. La falta de conocimiento sobre la relación existente impide que este descubrimiento se pueda realizar a corto plazo a pesar de que recientes estudios de un equipo de neurólogos de la Universidad Old Dominion en Virginia certifica los beneficios del consumo de café en la prevención de la enfermedad.
No solo el café evita la generación de estas moléculas dañinas si no la estimulación del sistema nervioso central, lo que repercute en una mejora de los síntomas propios de la degeneración neuronal. La cafeína es rica en potasio, magnesio y ácido clorogénico, un potente antioxidante que también podría estar relacionado con la mejoría que se observa en los pacientes consumidores de café y por tanto su consumo puede proteger nuestro cerebro.