Gracias a un análisis realizado por un grupo de investigadores (el más exhaustivo hasta la fecha) sobre los cambios en la retina y cómo estos se corresponden con las alteraciones cerebrales y cognitivas en pacientes con la enfermedad de Alzheimer se podrá dar un importante paso para poder comprender los efectos de dicha enfermedad en la retina en las primeras fases del deterioro cognitivo.
El Alzheimer se caracteriza por destruir de forma progresiva la memoria y la capacidad cognitiva de quien la padece, no existiendo tratamiento que detenga la enfermedad ni prueba diagnóstica única que ayude a diagnosticarla.
Los hallazgos de este estudio proporcionan un profundo análisis de los efectos de la enfermedad de Alzheimer en la retina humana y de cómo se corresponden con los cambios en el cerebro y la función cognitiva, lo que podría conducir a un desarrollo de técnicas de imagen que permitan diagnosticar la enfermedad de Alzheimer de forma más temprana y precisa y monitorizar su progresión de forma no invasiva mirando a través del ojo.
Los investigadores analizaron muestras de tejido retiniano y cerebral recogidas a lo largo de 14 años de 86 donantes humanos (el mayor grupo de muestras de retina de pacientes humanos con enfermedad de Alzheimer y deterioro cognitivo leve estudiado hasta ahora) y compararon muestras de donantes con función cognitiva normal con las de aquellos con deterioro cognitivo leve en las fases más tempranas de la enfermedad de Alzheimer con las de aquellos con demencia de Alzheimer en fases más avanzadas. Gracias a ello pudieron explorar las características físicas de las retinas de estos pacientes, midiendo y cartografiando marcadores de inflamación y pérdida celular funcional, y analizaron las proteínas presentes en los tejidos retinianos y cerebrales.
En las retinas de pacientes con deterioro cognitivo leve y enfermedad de Alzheimer se encontró una sobreabundancia de una proteína llamada beta amiloide 42 que en el cerebro de los pacientes con Alzheimer se agrupa formando placas que alteran la función cerebral, mientras que, por otra parte, había un mayor número de astrocitos y células inmunitarias, denominadas microglía, que rodean estrechamente las placas de beta amiloide; hasta un 80 por ciento menos de células microgliales eliminan las proteínas beta amiloides de la retina y el cerebro; y detectaron la presencia de moléculas específicas y vías biológicas responsables de la inflamación y la muerte de células y tejidos.
Los cambios retinianos también se correlacionaban con el estadio patológico del Alzheimer (llamado estadio de Braak) y el estado cognitivo de los pacientes. Y se detectaron incluso en pacientes que parecían cognitivamente normales o con un deterioro muy leve, lo que los convierte en un posible predictor precoz del deterioro cognitivo posterior.