La bióloga y geneticista Josefina Cano ha publicado un artículo en su blog Cierta Ciencia acerca de los resultados del ensayo clínico más grande realizado en Estados Unidos que busca medir el efecto a largo plazo de altas dosis de resveratrol en personas con alzhéimer en estados iniciales a moderados de la enfermedad. El estudiopublicado en la revista Neurology reveló que un biomarcador que disminuye a medida que la enfermedad avanza, se estabilizó en las personas que tomaron la forma purificada del resveratrol.
El resveratrol es una sustancia que se encuentra en varios alimentos como los frutos rojos, el chocolate negro, las uvas y en consecuencia en el vino. R. Scott Turner, director del Programa de Desórdenes de la Memoria en la universidad Georgetown advierte que los resultados se han de mirar con cautela y que aún no es posible usar la información derivada del estudio para recomendar el tomar resveratrol en grandes cantidades.
El estudio reunió 119 participantes. La dosis más alta a la que se llegó durante el estudio fue de un gramo tomado de forma oral, dos veces al día. Quienes tomaron de manera progresiva dosis cada vez más elevadas del resveratrol durante 12 meses mostraron poco o ningún cambio en los niveles de la beta amiloide (Abeta40) en sangre y en el fluido cerebro espinal. En contraste, aquellos que tomaron el placebo tuvieron un descenso en los niveles de la Abeta40 comparados con los niveles mostrados al inicio del estudio. “Una disminución en Abeta40 es evidente cuando la demencia progresa a medida que el Alzheimer avanza”, confirma Turner. Otros estudios han establecido que la Abeta40, un péptido que se presenta en muchas formas en el cerebro es un biomarcador del deterioro mental sufrido por los pacientes de Alzheimer.
El estudio también señala un hecho importantísimo, el que el resveratrol fue capaz de penetrar la difícil barrera sanguínea del cerebro. Su presencia fue determinada en sangre y en fluido cerebro espinal. Los investigadores estudiaron los efectos del resveratrol porque se sabe que él activa unas proteínas llamadas sirtuinas, la misma clase de proteínas que participan en el fenómeno conocido como restricción calórica, que es un mecanismo ancestral que ayuda a sobrevivir en condiciones de estrés o ausencia de comida. Se consume menos alimentos, se entra en una especie de hibernación y el resultado es un alargamiento en el tiempo de vida, al menos en ratones.
Los investigadores hicieron escaneos cerebrales de los participantes antes y después del estudio. Encontraron que en los participantes que tomaron resveratrol se había producido una disminución mayor en el volumen del cerebro comparada con la ocurrida en quienes estuvieron en el grupo control. “No estamos muy seguros sobre cómo interpretar este hallazgo”, dice Turner. Una hipótesis de trabajo interesante podría ser que el tratamiento con el resveratrol pueda reducir la inflamación o la hinchazón cerebral asociada con el Alzheimer. Como aconseja Cano en su artículo el vino tinto y el chocolate con altísimo contenido de sólidos de cacao y mejor, sin azúcar, pueden ser algunos de los alimentos recomendados para obtener el resveratrol necesario para combatir el alzhéimer.