El profesor de Psicología Evolutiva en la Facultad de Educación de la Universidad de Cantabria (UC), José Antonio Labra, es coautor de un modelo para la evaluación de la cognición cotidiana (PECC), que podría ayudar en el diagnóstico precoz del alzhéimer o la demencia. Este modelo permitiría, según explica Labra, «realizar un cribado y poder detectar tempranamente un deterioro cognitivo leve, o incipiente que, en muchos casos, evoluciona a problemas más serios».
Para ello, se analiza cómo una persona se enfrenta y realiza sus actividades instrumentales diarias, como coger el autobús o ir al banco, lo que puede mostrar posibles alteraciones del sistema cognitivo, añade Antonio Labra, que ha participado en el desarrollo de un modelo de cribado para hacerlo «de forma muy real».
Esas actividades conllevan la aplicación de procesos cognitivos como memoria de trabajo, velocidad de procesamiento, atención o planificación. Sobre esta base, Labra, junto con al profesor de la Universidad de Oviedo, Julio Menor de Gaspar Pinilla, han desarrollado la «Prueba para la Evaluación de la Cognición Cotidiana«.
Utilizada ya en una experiencia piloto en Asturias, ha demostrado, según señala el profesor de la UC, que es más eficaz que las técnicas convencionales para analizar la capacidad del paciente o persona que realiza el test.
La prueba, que no dura más de 35 minutos, consta de diferentes situaciones-problema que corresponden con 12 tareas cotidianas agrupadas en 6 áreas: uso de medicación y gestiones sanitarias, gestiones administrativas, gestiones financieras, preparación de la comida, uso del transporte y compras.
Labra destaca, en este sentido, que el material proporcionado en el test es muy similar al utilizado en la vida diaria, frente a otras escalas de evaluación en las que prima únicamente «la apreciación que tienen las personas sobre su propio rendimiento».
José Antonio Labra presentó su modelo en noviembre en el I Congreso Internacional de Psicología, Salud y Educación, organizado por el Grupo de Investigación ADIR de la Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo y la Association University of Scientific Formation Psychology and Education Research de la Universidad de Almería.
La investigación fue financiada por una Beca Primitivo de Vega-2008 de investigación en el campo de la atención a las personas mayores concedida por la Fundación Mapfre y por el Ministerio de Educación.